El pasado lunes 25 de noviembre, Bogotá fue escenario de nuevas protestas que se convirtieron en disturbios y actos de vandalismo. Las manifestaciones, que tuvieron lugar en diversos puntos de la ciudad, rápidamente se desbordaron y generaron caos, lo que ha provocado una fuerte respuesta por parte de las autoridades locales, encabezadas por el alcalde Carlos Fernando Galán.
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Actos de vandalismo durante las protestas
Durante la jornada de protestas, varios grupos de manifestantes protagonizaron actos de violencia y destrucción. Los ataques fueron particularmente dirigidos contra el Centro de Memoria Histórica, donde se vandalizaron esculturas, así como contra los buses del sistema de transporte TransMilenio. En un incidente que se volvió viral en las redes sociales, se registraron imágenes de mujeres pintando con grafitis los vehículos del sistema de transporte público. En otro video, se evidenció cómo un grupo de mujeres subía a una estación de TransMilenio, ubicada cerca del Concejo de Bogotá, y agredía a varias gestoras de diálogo y convivencia del Distrito.
Además, los disturbios incluyeron un ataque con bomba molotov contra un guardia de seguridad, un acto que causó alarma tanto en las autoridades como en los ciudadanos. La situación empeoró cuando los equipos del Distrito tuvieron que evacuar a una mujer con un bebé para evitarles un mayor riesgo.
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La postura del alcalde Galán
El alcalde Carlos Fernando Galán, al ser consultado por los medios sobre los eventos de esa tarde, condenó los actos violentos y resaltó que su administración está comprometida con la protección del derecho a la protesta. Sin embargo, enfatizó que este derecho debe ejercerse de manera pacífica y sin poner en riesgo la seguridad de los demás.
“Estamos dispuestos siempre a garantizar la protesta pacífica, pero cuando se afectan los bienes públicos o particularmente se pone en riesgo la población que no se está manifestando, debemos hacer un llamado y actuar”, afirmó Galán. El alcalde subrayó que su administración ha garantizado el derecho a las manifestaciones, pero destacó que es necesario equilibrar este derecho con la seguridad de todos los ciudadanos, incluyendo aquellos que no participan en las protestas.
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En ese sentido, también destacó que el Distrito se ve en la obligación de intervenir cuando la violencia toma el control de las manifestaciones. “Bogotá tiene que lograr garantizar los derechos de quienes se manifiestan y de los que no lo hacen, y garantizar también que se haga de manera pacífica. Eso es lo más poderoso, manifestarse de manera pacífica”, expresó.
El llamado a la paz y el orden
El mandatario local hizo un llamado a la reflexión, instando a los manifestantes a mantener la paz y a evitar cualquier tipo de agresión que pueda poner en peligro la seguridad de los bogotanos. La administración de Galán ha dejado claro que las protestas son un derecho fundamental, pero este debe ser ejercido de manera responsable y respetuosa hacia los demás.
La violencia no solo afecta a quienes están directamente involucrados en las manifestaciones, sino que también pone en riesgo a la comunidad en general, incluidos los ciudadanos que no están participando de los actos de protesta. Ante este escenario, la ciudad necesita encontrar un equilibrio entre la expresión pública de la inconformidad y la preservación de la seguridad y el orden social.