Un nuevo caso de feminicidio sacudió a la comunidad de Bogotá, esta vez en la localidad de Ciudad Bolívar, al sur de la ciudad, donde un hombre cegado por los celos acabó con la vida de su pareja frente a sus hijas. El crimen se desató durante una reunión entre amigos, cuando un comentario aparentemente inocente desató una violenta discusión que terminó con una tragedia.
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El hecho ocurrió en la noche del pasado fin de semana, cuando Ana Carmela Pacheco Díaz, una mujer de aproximadamente 30 años, se encontraba en la vivienda de su pareja, un hombre de 24 años, compartiendo con varios amigos. Durante la reunión, uno de los presentes le hizo un piropo a Ana Carmela, un gesto que, lejos de ser recibido de manera cordial, desencadenó la furia del hombre con quien estaba. El comentario de otro hombre, aparentemente inofensivo, generó una discusión entre la pareja.
De acuerdo con la Policía de Bogotá, el agresor no reaccionó contra el hombre que hizo el piropo, pero sí comenzó a pelear con su pareja. La situación se intensificó rápidamente y el joven, en un ataque de celos, sacó un cuchillo y apuñaló varias veces a Ana Carmela en presencia de sus hijas, quienes estaban en el lugar. Aunque la víctima fue trasladada de urgencia al hospital Meissen, las heridas eran tan graves que no logró sobrevivir.
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La coronel Bibiana Valencia, quien lidera la investigación de este caso, explicó que el agresor propinó “dos heridas con arma blanca en la espalda, generándole la muerte”. A pesar de que la policía ya tiene identificado al responsable, hasta el momento se encuentra prófugo de la justicia.
Este feminicidio pone de manifiesto cómo los celos pueden ser un detonante fatal en relaciones de pareja. La violencia de género, y en particular los asesinatos perpetrados en el contexto de celos y control emocional, siguen siendo una constante preocupación para las autoridades. En este caso, la escena del crimen fue presenciada por las hijas de la víctima, lo que añade una carga emocional aún mayor al ya trágico desenlace.
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“La Policía Nacional realiza el acompañamiento con la patrulla púrpura, pero también adelanta todas las investigaciones necesarias con el fin de esclarecer y dar captura a las personas que generaron este lamentable hecho”, añadió la coronel Valencia, haciendo un llamado a la colaboración ciudadana para dar con el paradero del agresor.
Si bien el caso específico se originó por un comentario sobre la apariencia de la mujer, la raíz del problema radica en la incapacidad del agresor para manejar sus emociones y la normalización de actitudes posesivas y violentas hacia las mujeres. Lo que subraya la importancia sobre la necesidad de brindar mayor protección a las mujeres en ambientes de vulnerabilidad.
