La Superintendencia de Servicios Públicos ha publicado un informe que arroja luz sobre el consumo de agua en Bogotá, en medio del racionamiento que afecta a la ciudad debido a la escasez de lluvias en la cuenca del sistema Chingaza. Según los datos, los estratos más bajos, específicamente el 1 y el 2, son los que menos están contribuyendo al ahorro de este recurso vital.
Le puede interesar: Crisis del agua en Bogotá: Galán reveló que el fenómeno de La Niña cambió de fechas
De acuerdo con el informe, los hogares de estrato 2 reportaron un consumo promedio de 20 metros cúbicos entre junio y julio de este año, lo que representa una reducción del 3.9% en comparación con el año anterior. En el caso de los hogares de estrato 1, el consumo se situó en 20.8 metros cúbicos, con la misma reducción porcentual.
Por otro lado, el panorama es diferente en los estratos más altos. El estrato 5, considerado el más eficiente en el uso del agua, disminuyó su consumo de 18.5 a 17.2 metros cúbicos, lo que se traduce en una notable reducción del 7.3%. Asimismo, el estrato 4 y el estrato 3 mostraron ahorros del 6.7% y 5.6%, respectivamente. En el estrato 6, el ahorro fue del 6.6%.
La Superintendencia también advirtió que el uso excesivo de agua por parte de los usuarios antes del periodo de racionamiento podría agravar los problemas de abastecimiento. “Es importante considerar que el sobreabastecimiento de agua por parte de los usuarios el día previo al turno de racionamiento o el consumo ininterrumpido de los tanques de abastecimiento de las copropiedades puede afectar los tiempos de restablecimiento del servicio”, indica el comunicado de la entidad.
Este tipo de comportamiento puede influir en la efectividad de la distribución del agua en la ciudad, provocando demoras en el restablecimiento del servicio debido a la necesidad de llenar nuevamente las redes de suministro.
Pese a la situación de racionamiento, la Superintendencia reportó solo 10 quejas en relación con problemas de abastecimiento por parte de la empresa de acueducto en Bogotá. Este bajo número de reclamaciones sugiere que, a pesar de los desafíos actuales, los ciudadanos podrían estar manejando de manera efectiva la crisis del agua.
