Cuando uno habla de cáncer o de ir al urólogo, la mayoría de los hombres aún son reticentes en acudir a las consultas; sin embargo, Enrique Grande, jefe de investigación de la Clínica de la Fundación MD Anderson, de España, señaló en el congreso de Pfizer “Cada minuto cuenta” que se realiza estos días en Bogotá, Colombia, que un pronóstico a tiempo puede dar mayor esperanza de vida e incluso la curación completa.
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A los 50 años, la mitad de los hombres tiene cáncer de próstata en alguno de los grados, algo que se acentúa a los 75 años cuando el porcentaje aumenta al 75%. Ahora en 2024, según Lancet, la incidencia en cáncer de próstata es media baja, a exceptuando Brasil donde es mayor y la razón es porque la raza negra genera más rápido este tipo de cáncer.
A pesar de que la incidencia de cáncer de próstata en Latinoamérica es media-baja, la mortalidad es mayor que en regiones con más casos. Según Enrique Grande, en Estados Unidos y Europa, el cáncer se diagnostica más frecuentemente en etapas tempranas, cuando aún es curable.
En Latinoamérica, la prevención del cáncer de próstata ha mostrado poca evolución, ya que no se anticipan políticas públicas eficaces en los próximos años. Además, el diagnóstico visual, como el tacto rectal, es subjetivo y puede tener un nivel de certeza muy bajo, por lo que es fundamental recurrir a pruebas adicionales como análisis o resonancia magnética, explicó el médico.
El pronóstico para un paciente con metástasis varía según el tipo de tumor. En aquellos tratados con supresión de andrógenos y testosterona, la esperanza de vida puede extenderse de 5 a 10 años. Sin embargo, en casos hereditarios, este rango se reduce a 2 a 3 años.
Mitos del cáncer de próstata
1. El cáncer de próstata solo afecta a los hombres mayores
El doctor Enrique Grande afirmó que todos los hombres son susceptibles de padecer cáncer de próstata a cualquier edad. “La semana pasada atendí a un joven de 47 años con cáncer metastásico”, comentó. Aunque es más común en hombres mayores de 50 años, también puede presentarse en hombres más jóvenes, especialmente si tienen antecedentes familiares o factores de riesgo genéticos. En casos de herencia genética, ahora “me preocupa” atender a los hijos o hijas de estos pacientes para poder prevenir lo antes posible.
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2. Si no tengo síntomas, no tengo cáncer de próstata
El cáncer de próstata en sus etapas iniciales generalmente no presenta síntomas. La detección temprana mediante pruebas como el PSA y el examen rectal es clave, ya que los síntomas suelen aparecer en etapas más avanzadas.
3. El examen del PSA es infalible para detectar el cáncer de próstata
El PSA es una herramienta útil, pero no es perfecta. Puede arrojar falsos positivos o falsos negativos, por lo que no debe ser considerado infalible.
4. El cáncer de próstata siempre necesita tratamiento
Algunos tumores crecen tan lentamente que pueden manejarse con vigilancia activa, evitando los efectos secundarios de tratamientos más agresivos. “Hay pacientes a quienes es preferible ofrecerles calidad de vida”, señala el doctor Grande. “Tengo un paciente al que comencé a tratar a los 94 años porque ya le dolían los huesos, pero hasta entonces no necesitó tratamientos agresivos”. También enfatiza la importancia de respetar la decisión del paciente sobre si desea o no ser tratado.
5. La cirugía y la radioterapia siempre curan el cáncer de próstata
Aunque estas opciones tienen una tasa de éxito entre el 80% y el 90%, no son totalmente efectivas en todos los casos.
6. El cáncer de próstata es una enfermedad lenta y no causa la muerte
Aunque algunos tipos de cáncer de próstata crecen lentamente, otros pueden ser muy agresivos.
7. El cáncer de próstata afecta la sexualidad del paciente
Los nervios que controlan la erección están muy cerca de la próstata, por lo que el médico debe tener gran habilidad para preservar la función sexual del paciente. Con nuevas técnicas, como el Da Vinci, se intenta mejorar y preservar la calidad de vida. Al final es una especie de menopausia o castración cuando se realizan los tratamientos agresivos para detener la enfermedad y, por supuesto, afectan al lívido.
8. El tratamiento es doloroso y prolongado
El doctor Grande aclara que esto no es del todo cierto. Aunque la radioterapia puede tener toxicidades, y en algunos casos puede producirse cistitis rádica (inflamación de la vejiga por radioterapia) y efectos secundarios en el recto que provocan sangrado, “esto no siempre ocurre”, señaló.
9. Dieta y ejercicio no influyen en el cáncer de próstata
Aunque no haya una relación directa comprobada entre el cáncer de próstata y factores como el consumo de carnes rojas, sedentarismo o alcohol, llevar una vida sana puede influir positivamente en la salud general de los hombres.