La situación de seguridad en Bogotá se ha vuelto crítica tras el reciente ataque de una banda especializada en el robo de camionetas de alta gama, que ha dejado un saldo trágico de un muerto. Este nuevo episodio de violencia pone de manifiesto la audacia de los delincuentes y su modus operandi, que incluye la venta de vehículos robados a grupos criminales como el ELN.
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La víctima de este lamentable suceso fue un empresario cuya camioneta Ford Explorer 3.5 Limited, valorada en 130 millones de pesos, terminó incrustada en el portón de una residencia en el noroccidente de la ciudad. La tragedia se desató el 17 de septiembre cuando el hombre llegó a su hogar alrededor de las 11 de la noche, donde su hija de 11 años lo esperaba para abrirle el garaje. En ese instante, dos individuos armados lo interceptaron, lo que llevó a una situación caótica en la que el empresario recibió un disparo mientras intentaba escapar.
A pesar de ser trasladado a la Clínica Santa María del Lago, su estado de salud se deterioró y falleció el 26 de septiembre. Este incidente ha encendido las alarmas en la comunidad, que ahora ve a Villa Luz como un blanco fácil para los ladrones de camionetas de alta gama.
De acuerdo a las investigaciones reveladas por El Tiempo, los vehículos robados en Bogotá y Medellín frecuentemente terminan en manos del ELN y otras organizaciones criminales. Estos autos son utilizados para transportar explosivos, secuestrados y drogas, lo que sugiere un nivel de organización alarmante dentro de la banda.
Las autoridades han comenzado a recopilar información sobre el grupo delictivo y su forma de operar. En al menos dos incidentes registrados, las camionetas robadas se ofrecieron a la venta, a menudo utilizando anuncios en redes sociales para atraer a posibles compradores. En un caso particular, un vehículo de alta gama fue encontrado por el Ejército con secuestrados del ELN en Arauca, evidenciando cómo estos autos son integrados en la logística de la guerrilla.
La banda parece tener un método claro para elegir a sus víctimas. En varios casos, se ha observado que los delincuentes se hacen pasar por compradores interesados, lo que les permite obtener información sobre el propietario y sus movimientos. Las víctimas suelen ser escoltas de vehículos blindados, quienes, al llevar sus autos a casa, se convierten en blanco fácil.
“Es evidente que tienen una red de inteligencia que incluye seguimientos a las víctimas para saber sus movimientos y horarios”, afirma un investigador que está siguiendo el caso, en El Tiempo. Este tipo de planificación y ejecución habla de una organización criminal que va más allá de simples actos de delincuencia.
La creciente ola de robos de camionetas de alta gama ha llevado a una sensación de inseguridad en varios sectores de Bogotá. Los residentes están cada vez más preocupados por su seguridad y la de sus seres queridos. Las autoridades están bajo presión para intensificar sus esfuerzos y desmantelar estas redes delictivas que afectan la paz y la seguridad en la ciudad.