La prostitución en Bogotá se ha convertido en una de las mayores fuentes de empleo para varias mujeres de la ciudad, las cuales muchas veces se ven desprotegidas por el estado, por sus ‘empledores’, por los clientes y por todos los riesgos que enfrentan. Por esto, el concejal de Bogotá Samir Abisambra realizó un estudio para identificar cuáles son los retos que enfrentan las mujeres que ejercen esta labor en Bogotá.
Según lo que encontró el equipo de trabajo del concejal, en Bogotá el 54% de las personas que ejercen actividades sexuales pagadas son colombianas, mientras que el 45% son de nacionalidad venezolana. Esto deja ver una grave problema con respecto a las oportunidades laborales de las población migrante asentada en Bogotá, que ha recurrido a este tipo de trabajos.
Un dato preocupante que entregó el concejal es que, en su mayoría, las personas que se dedican a este tipo de trabajos ganan entre $233.000 y $500.000 pesos a la semana, lo que significa que la mayoría no gana ni un salario mínimo al mes. Además, encontraron que hay más de 80 personas mayores de 60 años que se dedican a actividades sexuales pagadas en Bogotá. De igual forma, de las personas que ejercen la prostitución en la ciudad, el 88% son mujeres, cerca de 3.900.
“Muchas veces ni siquiera tienen para el salario mínimo, este es un tipo de control que debe ejercer con mayor autoridad la Administración Distrital en cabeza de la Secretaría de Salud, Integración y Mujer para que efectivamente controlemos enfermedades, reproducciones y tratamientos psicológicos”, manifestó el Concejal Liberal, Samir Abisambra.
Por esto, Abisambra le pide al Distrito:
- Adecuación de los sistemas de información en el marco de la protección legal de datos personales, que permita identificar a las personas que realizan estas actividades y le de herramientas al Distrito para brindar una oferta institucional a partir de lo que requieren las prácticas de ASP.
- Establecer el desarrollo de acciones que brinden atención integral en salud para las prácticas de ASP en términos de su salud sexual, reproductiva, mental, psicológica, y emocional.
- Promover el desarrollo de capacidades, con el fin de que estas mujeres, puedan tener otras iniciativas laborales o emprendimientos.
- A futuro es necesario contemplar acciones para caracterizar y censar a la población que realizan actividades sexuales pagadas en otras modalidades (prepago, web, acompañantes, aplicaciones, entre otras), con el fin de identificar la situación y las condiciones de estas personas.