Como “un perfecto asesino” han tildado en redes al criminal encargado de la muerte del reconocido esmeraldero en un exclusivo sector de Bogotá, el pasado 7 de agosto. Las autoridades han revelado el plan maestro del hombre quién le dio muerte. El Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía ha intensificado su labor en el conjunto residencial Bosques de Márquez, en Usaquén, tras el asesinato de Juan Sebastián Aguilar. La investigación, que comenzó la tarde del miércoles, se ha centrado en reconstruir los eventos que llevaron a la muerte de Aguilar, analizando cada detalle del entorno y los posibles movimientos del perpetrador.
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Las primeras hipótesis sugieren que el asesino, un francotirador, estuvo esperando en los alrededores del conjunto durante varios días antes de cometer el crimen. Se encontraron indicios, como colchonetas ocultas entre la vegetación, que apuntan a que el atacante se mantuvo en el lugar por al menos una semana, vigilando y esperando el momento adecuado para actuar. Además, se especula que el francotirador podría haber utilizado un animal o un perro fingiendo que lo paseaba para facilitar su escape por el bosque cercano.
La investigación ha contado con el uso de drones por parte de la Fiscalía, lo que ha permitido mapear el área y determinar las posibles rutas de escape del criminal. Las autoridades creen que el atacante pudo haber huido hacia el municipio de La Calera o a la Carrera Séptima, complicando su captura. No obstante, la Policía Nacional está dedicando todos sus recursos para esclarecer este crimen y llevar a los responsables ante la justicia.
Esmeraldero ‘Pedro Pechuga’: así actúo su asesino días antes de su muerte en Bogotá
El asesinato de Aguilar ha conmocionado a la comunidad, especialmente por su historial en el mundo de las esmeraldas. Conocido como ‘Pedro Aguilar’ o ‘Pedro Pechuga’, Aguilar era originario de Chiquinquirá, Boyacá, y tuvo un papel clave en la seguridad de Víctor Carranza, el famoso “zar de las esmeraldas”, hasta su muerte en 2013. Carranza, quien fue una figura central en las denominadas “guerras verdes”, consideraba a Aguilar no solo un guardaespaldas, sino también un estratega de confianza.
La Federación Colombiana de Esmeraldas (FedEsmeraldas) no tardó en reaccionar ante el asesinato. En un comunicado, la organización expresó su profunda indignación y destacó que este acto violento no solo es un ataque contra la vida de Aguilar, sino también contra los principios de paz y seguridad que promueven. FedEsmeraldas, junto con sus afiliados Asocoemseral, Acodes y Aprecol, reafirmaron su compromiso con la seguridad de todos los colombianos y pidieron a las autoridades una investigación rápida y efectiva.
El general William René Salamanca, director de la Policía Nacional, reveló que este no era el primer atentado que Aguilar había sufrido. Anteriormente, había sido blanco de dos ataques, uno en Boyacá y otro en Bogotá, lo que subraya la peligrosidad del entorno en el que se movía.
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El asesinato de Juan Sebastián Aguilar marca un episodio más en la violencia que ha rodeado el mundo de las esmeraldas, una industria que, a pesar de los esfuerzos por promover la paz, sigue estando marcada por conflictos y rivalidades mortales. La investigación sigue en curso, y la comunidad esmeraldista permanece en vilo, esperando justicia para uno de los suyos.