El transporte público se ha vuelto un escenario alarmante para las mujeres, quienes enfrentan una creciente ola de violencia de género y agresiones sexuales. La constante exposición de testimonios de víctimas ha generado una alerta sobre la grave situación que enfrentan diariamente.
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En el transcurso del último mes, se han reportado diversos incidentes de violencia, destacando aquellos relacionados con la administración de sustancias que ponen en riesgo la integridad física de las mujeres. Entre los casos denunciados, resalta el testimonio de dos periodistas que vivieron situaciones similares en la ruta L18 con destino al Portal 20 de Julio en Bogotá.
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Ante esta preocupante realidad, hacemos un enérgico llamado a las autoridades competentes para que tomen medidas concretas y efectivas destinadas a prevenir y abordar estos actos de violencia en el transporte público. Es fundamental que se implementen iniciativas que garanticen la seguridad y protección de las mujeres durante sus desplazamientos cotidianos.
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La seguridad en el transporte público es un derecho que todas las mujeres deberían poder ejercer libremente. Es imperativo que se adopten acciones inmediatas para erradicar la violencia de género y brindar un entorno seguro y respetuoso en los sistemas de transporte, garantizando así la dignidad y bienestar de todas las usuarias.