Un incidente de inseguridad en Bogotá ha avivado el debate sobre la legítima defensa ciudadana, esta vez ocurriendo en el barrio Santander de la localidad Antonio Nariño.
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El 20 de febrero por la tarde, un policía retirado intervino de manera contundente cuando dos ladrones intentaron asaltar a los comensales de un restaurante donde se encontraba el exuniformado.
El policía, quien dejó el servicio voluntariamente hace tres meses, fue entregado a las autoridades pero posteriormente liberado, ya que los fiscales determinaron que el incidente se clasifica como legítima defensa. Aunque seguirá vinculado a la investigación.
Expolicía que asesinó a dos ladrones fue dejado en libertad
El incidente tuvo lugar cuando un hombre con tapabocas ingresó al restaurante amenazando con un arma al ex policía que se encontraba en el lugar. Ante la amenaza, el exmiembro de la fuerza pública reaccionó, desencadenando un intercambio de disparos en el recinto.
El ladrón intentó huir pero fue alcanzado por disparos del exuniformado, cayendo a pocos metros de la entrada. Un hombre en una moto, aparentemente esperándolo, también intentó escapar pero fue abatido por el policía. Según las autoridades, este segundo individuo tenía antecedentes por porte ilegal de armas, hurto y amenazas.
La legítima defensa, según el Código Penal colombiano (Ley 599 del 2000), se refiere a la excepción de responsabilidad penal por el uso de violencia cuando se actúa para defender un derecho propio o ajeno contra una agresión injusta actual o inminente, siempre que la defensa sea proporcional a la agresión.
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La abogada penalista Nataly Ayala y el ex subsecretario de Seguridad de Bogotá, Andrés Nieto, en entrevista a RCN Radio destacaron que la legítima defensa debe cumplir con parámetros legales, como la necesidad de una agresión actual e inminente, la proporcionalidad entre la agresión y la defensa, y su validez solo en el momento exacto de recibir la agresión, no posteriormente.
La investigación deberá demostrar que la respuesta del exuniformado fue proporcional y necesaria para evitar una amenaza equivalente por parte de los agresores. La proporcionalidad es clave, ya que implica comparar la intensidad de la agresión con la intensidad de la defensa.
