En medio de sus declaraciones ante la JEP, el exdirector de la cárcel Modelo de Bogotá, William Gacharná Castro, confesó varias de las dinámicas que se realizaron al interior del penal, su apoyo a los paramilitares, la desaparición de internos en fosas comunes al interior de la cárcel y la aceptación de sobornos.
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Durante los tres días de audiencia ante la JEP, William Gacharná, reconoció haber recibido sobornos y favorecer a grupos paramilitares durante su dirección del centro penitenciario, además de que reconoció su conocimiento en la existencia de restos humanos en túneles de la cárcel que fueron fabricados por los mismos internos, algunos con la intención de ser medio de escape y otros para desaparecer personas.
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De acuerdo al informe de la WRadio y siguiendo las versiones del exdirector, durante los años 1999 a 2001, se habrían fabricado túneles por los mismos internos, con la intención de poder escaparse o con la de desaparecer a otros internos, dichas desapariciones se habrían llevado a cabo bajo órdenes de paramilitares, especialmente.
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De igual manera, indicó que dichos túneles luego eran tapados con cemento, por lo que muchos no habrían sido encontrados: “Y si bien esos túneles buscaban la liberación, la fuga de algunos, otros los construyeron fue precisamente para enterrar personas en ese sitio, estoy convencido de que eso fue así”, señaló Gacharná.
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El exdirector confesó que aunque él sabía y le llegaba información sobre personas que estaban siendo desaparecidas al interior de la cárcel La Modelo de Bogotá, nunca abrió investigaciones ni tampoco inspecciones sobre las presuntas torturas que se llevaron a cabo.
“Se hablaba de que a las personas las desaparecían en ácido clorhídrico, las cocinaban en las marmitas del rancho, unas ollas de vapor inmensas hasta que se deshicieran. Había una microempresa promovida por los paramilitares que era de embutidos, salchichones, carne de hamburguesa que decían que la fabricaban con carne humana”, indicó.
Incluso el mismo Gacharná expresó que nunca supo con certeza cuantos reclusos había al interior de la cárcel durante los años 1997 a 2003, por lo que era casi imposible de saber el número de desaparecidos. Dichas desapariciones habrían sido comandadas por “Miguel Arroyave (capo del Bloque Centauros y uno de los fundadores del Bloque Capital) y sus jefes paramilitares, en medio de vendettas, ajustes de cuentas, acusaciones de traición y otros asuntos”, de acuerdo a lo informado por la WRadio.
Ante la poca rigurosidad de su gestión, el exdirector reconoció que los internos podían hasta fugarse de la cárcel y sin conocerse nada de su paradero, pues no tenían registro de los presos solo hasta que en el 2004 se estableció que los reclusos debían identificarse con el nombre y número de cédula.