Tras su visita en Pekín, China, el primer mandatario hizo una escala en la ciudad de Honolulu, en medio de su regreso al país para las elecciones regionales del próximo domingo 29 de octubre. Allí, habló con los medios y nuevamente reiteró su posición de cambiar el trazo de la Primera Línea del Metro de Bogotá para que sea totalmente subterráneo, o solo una parte desde la Avenida 1 de mayo con Carrera 50 hasta la Calle 72 con Carrera 11.
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“Nosotros ponemos el 70 % de la inversión y ellos no nosotros, contratar una empresa china. Fui a hablar con la empresa china porque tengo que mirar en donde va a quedar el dinero de los colombianos, no solo es el dinero distrital”.
Y es que precisamente en este país asiático, el primer mandatario colombiano se reunió con los altos directivos de la concesión Chec a cargo de este proyecto. Empresarios con quienes ya se había reunido en Bogotá por el mismo tema: evaluar si técnicamente es posiblemente cambiar el trazado.
“Vimos unas posibilidades: modificar el contrato, permitir un tramo subterráneo que ya tiene estudios en mi Alcaldía que son incluso más avanzados del que ya existe respecto al tramo elevado, o se pueden juntar los dos tramos subterráneos de la Calle 72 hacia Suba con el de la Caracas y parte del tramo occidental”.
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Sin embargo, según el docente de Transporte y Logística de la Universidad Javeriana, Dario Hidalgo Guerrero, los estudios de la Primera Línea subterránea “tiene estudios de ingeniería básica avanzada que no son estudios de detalle”.
En sus declaraciones, el jefe de Estado también propuso pasar del 70 % al 100 % la financiación por parte del Gobierno, del tramo de la Primera Línea. Algo, que según la exministra de Transporte de Juan Manuel Santos, Ángela María Orozco, “la ley es muy clara y es la que lo establece. Quien suscribe el contrato no es la nación, sino la empresa Metro de Bogotá. No por voluntad de un presidente se podría cambiar, simplemente aclarando instancias legales”.
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Y advirtió que si “se llegara a alterar ese contrato (el actual, ya licitado), los que perdieron el proceso licitatorio demandarían a la nación”.
¿Plebiscito o asamblea popular? Petro lo propone para “ponerse de acuerdo” con el Metro
Para por fin decidir como se hará el Metro de Bogotá, que se ha discutido por 60 años, el jefe de Estado propuso varias opciones para que “la gente pueda decidir”.
“Podrían haber muchas formas, puede haber: plebiscitos, consultas, elecciones, que ya están convocadas, asambleas populares. La gente puede decidir que quiere”.
A diferencia del referendo, en el cual se le consulta a los ciudadanos acerca de un texto normativo ya formalizado para que se pronuncien afirmativa o negativamente, en el plebiscito, se le consulta sobre una decisión no plasmada en un texto normativo para que se pronuncie favorable o desfavorablemente.
