Bogotá

El nombre de Diego Felipe Becerra fue dignificado: Estado reconoció su responsabilidad y pidió perdón por su asesinato

Para sus padres, este acto debió llegar mucho antes, pero aun así están tranquilos que el nombre de su hijo haya sido limpiado y recordado como un artista

El Parque El Renacimiento en Bogotá se llenó de dignidad y perdón. Con la arenga ‘¡Diego Vive!’, por parte del público que esperaba, se dio inicio el jueves 31 de agosto al acto de reconocimiento de responsabilidad internacional por el caso de la ejecución extrajudicial del joven grafitero Diego Felipe Becerra. Este espacio se dio en cumplimiento del Acuerdo de solución amistosa, suscrito el 18 de mayo del 2023 entre el Estado y los familiares en calidad de víctimas, ordenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos-CIDH.

Esto luego de que Gustavo Trejos y Liliana Lizarazo, llevaran el caso que falló a su favor, y que la Corte determinara que el Estado fue responsable y culpable de: la violación al derecho a la vida, a la integridad, a la libertad de pensamiento, a la honra y la dignidad, y de no brindar garantías judiciales. Dentro de esta firma de conciliación, fueron los padres de Becerra quienes decidieron la fecha del acto en el marco del cumpleaños de su hijo, quien habría cumplido 29 años.

Parte de este Acuerdo que apenas inicia, también está la aprobación que el pasado 26 de junio se realizó en el Concejo de Bogotá, donde se estableció que cada 31 de agosto se celebre el Día Distrital del Arte Urbano Diego Felipe Becerra Lizarazo, donde la Administración Distrital realizará en toda la ciudad actividades culturales, artísticas y educativas para exaltar su memoria y trabajo artístico; también, crear y poner en marcha el “Museo Virtual del Arte Urbano Diego Felipe Becerra Lizarazo” para visibilizar el arte del grafiti de la ciudad; implementar anualmente como mínimo una convocatoria pública mediante la cual el Instituto Distrital de las Artes (Idartes) entregará incentivos o estímulos a los autores de los mejores grafitis de la ciudad, entre otros.

La Policía reconoció su responsabilidad como autor del asesinato de Diego Becerra

En este espacio de reconocimiento, los aerosoles, la pintura y la presentación de la Orquesta Filarmónica Juvenil, rodearon los discursos de altos funcionarios del Gobierno y el presidente, Gustavo Petro.

Fue el ministro de Defensa Iván Velásquez, quien inició con el acto de perdón leyendo un discurso. “Enviar un mensaje a todos los policías: que en sus actos lo fundamental sea el respeto de la vida”.

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Luego de un minuto de silencio, continuó el director de la Policía Nacional, general William Salamanca, quien en un corto discurso ofreció disculpas “por los hechos en los que se vieron inmersos integrantes de la Policía en los cuales se privó arbitrariamente del derecho a la vida al joven Diego Felipe Becerra. Garantizo la no repetición de hechos similares. Mi saludo de solidaridad a su familia y amigos”, manifestó.

La voz de Gustavo Trejos, padre de Diego, se escuchó posteriormente y de manera muy atenta, mientras resaltaba con alivio que después de 12 años llegó la justicia. “Lo máximo para nosotros en este proceso es este día, porque estamos logrando resignificar el buen nombre, la dignidad de Diego Felipe (...) Que el énfasis en la garantía de la no repetición, piedra angular de nuestro acuerdo con el Estado, evite que otras familias sufran lo que nosotros sufrimos”.

Por su parte, Liliana Lizarazo, mamá del artista, recordó a su hijo “alegre, tranquilo, generoso, tolerante y lleno de sueños. Quería ser productor musical. Aún duele recordarlo porque no mereció tanta infamia al escarnio público, ninguna víctima lo merece, su única falta consistió en transmitir mensajes de alegría y arte”, dijo con la voz entrecortada.

Finalmente, la ceremonia cerró con las palabras del presidente Gustavo Petro, a quien Liliana y Gustavo le pusieron un pin del ‘Gato Felix’, la ilustración que más le gustaba a Diego Becerra pintar. “Lo que mató a Diego fue un criminal con poder. Lo mataron porque de una pared gris, hizo un cuadro multicolor, por ser distinto”, aseveró el primer mandatario.

Así fue el día en que un Policía asesinó al joven artista

La noche del 19 de agosto de 2011, Diego Felipe Becerra Lizarazo, salió con varios amigos durante la jornada de “Bogotá Despierta”. Sobre las diez de la noche, él caminó en compañía de tres amigos por la Avenida Boyacá con Calle 116, barrio Pontevedra. Durante este trayecto los jóvenes decidieron pintar grafitis en la pared del puente. Pero en un momento, ‘Tripido’ -como era su nombre artístico- estaba pintando su icónico ‘Gato Felix’, cuando un amigo le avisó que se acercaba un vehículo de la policía y todos salieron corriendo para atravesar la Avenida y huir, ante el miedo de los casos documentados por abuso policial.

Diego se escondió detrás de un árbol, de donde salió porque un vigilante le indicó que el policía había retenido a uno de sus amigos. Fue así como se entregó al policía voluntariamente, señalando que él era el responsable de pintar el grafiti en el puente.

El expolicía, Wilmer Alarcón, caminó con ‘Tripido’ unos quince metros a lo largo de la Avenida. Detrás de ellos y a distancia, los seguía uno de sus amigos, quien repentinamente escuchó varios disparos en el momento en que Diego intentó huir de la detención. Alarcón le había disparado por la espalda a tan solo metro y medio de distancia.

Minutos después, el adolescente fue encontrado en el piso por su amigo y fue auxiliado por una persona que conducía por ese lugar, quien lo llevó al hospital junto al policía que le había disparado.

Al centro médico, Diego llegó sobre las 10:15 p.m y al mismo tiempo 15 patrulleros más, quienes según testimonio de sus padres, se negaron a firmar la constancia de ingreso del adolescente a la clínica. Cuando Liliana Lizarazo, madre del grafitero, llegó al hospital, le informaron que su hijo había fallecido producto de dos impactos de bala que habían comprometido sus órganos vitales. Ella permaneció varias horas hasta el embalaje del cuerpo por temor a que la policía plantara algo sobre el cadáver.

Esa misma noche, su esposo se dirigió a la escena de los hechos, percatándose que había sido limpiada, pues no encontró sangre y menos el arma de fuego que habría aparecido cinco horas después en la escena según el informe de policía judicial. Allí, funcionarios ya tenían la zona acordonada y le afirmaron que había sucedido un atraco a un bus y que un policía había dado de baja a uno de los asaltantes.

Esto último, fue la hipótesis que sostuvo una y otra vez la Policía, soportada con testigos falsos, un arma de fuego puesta al lado del cadáver y orden de desvío de testimonios a uniformados. Todas las tesis se fueron cayendo una a una gracias a pruebas como un audio del exoficial William Alarcón donde reportaba a sus superiores el asesinato de Diego Becerra.

¿Cómo va el proceso penal contra los responsables?

En 2017, llegó la sentencia por homicidio agravado en contra del expolicía, Wilmer Alarcón. Sin embargo, este estaba prófugo de la justicia, siendo capturado hasta el 2021. Está condenado a 37 años de prisión, decisión del Tribunal Superior de Bogotá.

El subintendente Rossemberg Madrid Orozco, el teniente Nelson Jesús Arévalo, el subintendente Fleyber Leandro Zarabanda, el subintendente Juan Carlos Leal y el abogado Héctor Hernando Ruiz, quien era asesor de la Policía Metropolitana de Bogotá, fueron condenados entre 11 y 22 años de cárcel por montaje judicial.

El general (r) de la Policía Francisco Patiño, quien fungió como comandante de la Metropolitana de Bogotá durante 2011, fue imputado y acusado de saber que el arma de fuego fue puesta en la escena del crimen; del falso testimonio del conductor del bus que supuestamente fue atracado y quien su esposa luego recibió bonos de mercado por valor de $200.000; asimismo, de presuntamente haber direccionado las declaraciones de sus subalternos para que la Policía se desligara del crimen.

Sin embargo, todavía los padres de Diego están a la espera de un proceso contra Patiño. “Se van a dar unas compulsas de copias y ocho oficiales más: un general, coroneles, mayores, tenientes y asesores de la Policía Metropolitana de Bogotá, porque el material probatorio que se tiene es muy grande. Vamos a esperar como lo asumen la Procuraduría y Fiscalía”.

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