Este jueves transcurrió desde las dos de la mañana, manifestaciones en el Portal de TransMilenio, 20 de Julio.
PUBLICIDAD
El líder sindical, John Cepeda, además de expresar sus razones como la falta de baños en las estaciones y jornadas de hasta 16 horas, denunció que uno de sus compañeros fue despedido sin justa causa, luego de asistir al Concejo.
Horas después, la cabildante, María Fernanda Rojas, del Partido Alianza Verde, rechazó este caso y junto a seis cabildantes más, firmaron y enviaron una carta a la gerencia de ‘La Rolita’ un operador público de transporte que nació con el propósito principal de complementar el tendido de red del SITP.
“Esto parece ser una presión por simplemente dar unas sugerencias de cómo mejorar condiciones laborales (...) Cuando logramos la materialización de este operador, lo que esperamos es que funcione de manera distinta frente al privado y eso pasa por generar condiciones de mayor dignidad laboral”, enfatizó Rojas.
Te puede interesar: “La voy a entregar en bolsitas”: las angustiantes horas que pasó una joven víctima de paseo millonario
En la misiva, los concejales solicitaron el reintegro inmediato del conductor, Germán Alberto Hernández, exigiendo, además, que cesen las retaliaciones, “hacia las personas que, en ejercicio de sus derechos, solicitan mejores condiciones laborales que a la postre redundarán en una mejor prestación del servicio de transporte público”.
Horas extenuantes y un salario que no alcanza
PUBLIMETRO COLOMBIA, habló en exclusiva con Germán Alberto Hernández, un técnico mecánico de 37 años que vive junto a su esposa e hija de 11 años en Bogotá, para conocer de primera mano qué pasó y las afectaciones para él y su familia, ante un despido sin justa causa de este operador distrital.
PUBLICIDAD
Fue gracias al Servicio Público de Empleo del Sena -de donde además es graduado- en la que conoció la oferta laboral para entrar a ‘La Rolita’ y vincularse el 11 de octubre de 2022, por un contrato a término indefinido.
“Fue un proyecto que me llamó la atención porque está enfocado en ayudar a la mujer. Y eso me era afín con lo que estaba buscando. Yo quería trabajar allá”.
De esta manera, Germán empezó a conducir “lo que nosotros conocemos como busetón”, por los barrios periféricos de Bogotá: Potosí, Altos de Cazuca, Santo Domingo y demás.
Ocho horas al día era lo que estaba contemplado para trabajar por un salario de $1′300.000, más un bono operativo de $400.000, pero “tú no puedes contar con ese dinero porque si te estrellas o te incapacitas, no lo ganas. Entonces mi salario es el más bajito de todas las operadoras”.
Adicionalmente, señala que al principio entendía que había pocos conductores contratados, “por lo que solo descansábamos una o dos veces al mes”.
Pero, dice, esto no cambió a pesar de implementarse todo el personal, pues “siguieron poniéndonos a trabajar de largo los domingos y nos pagaban muy poco”.
Su intervención en el Concejo de Bogotá
A lo largo de estos cuatro meses, Germán y otros compañeros se dieron cuenta que este salario no era suficiente para suplir sus necesidades, pues además, en un recorrido en el que les exigen demorarse 3 horas, “pero por la movilidad terminas haciéndolo en cuatro horas”, esa diferencia no entraría en la nómina.
Por ello, voluntariamente, aparte de las 8 horas, varios conductores y conductoras hacen horas extras. El problema, dice, es que el pago es equivalente a 5.750 pesos por cada 60 minutos. “Es bastante agotador. Manejar en Bogotá un bus tan grande es una tarea bastante fuerte, para solo ganarnos $20 mil”.
Y es precisamente esta preocupación, de la mano junto a soluciones, que fue expresada por él a la gerente de ‘la Rolita’, Carolina Cuéllar Martínez, el pasado viernes 11 de febrero.
Inconformidad que también fue llevada el miércoles 15 de febrero, al Concejo, durante una Comisión Accidental para analizar la situación de los conductores de transporte público.
“Mi intervención duró cerca de 8 minutos. Lo que queremos es que esas horas extras nos la paguen con bonificaciones de 30 o 40 mil pesos. No son cifras exorbitantes. Para un empresario, un recorrido representa hasta $400.000 mil”.
Además, enfatizó, que esta situación también afecta al usuario, pues “son rutas que no salen a rodar y las personas se quedan esperando en el paradero” más de lo debido.
El despido sin justa causa
Este conductor cuenta que tras salir del Concejo, llegó hasta la estación General Santander, donde iba a partir el bus que iba a manejar.
Allí, en la calle, llegó el abogado de ‘La Rolita’ y el jefe de Operaciones, “me dijeron: ‘a partir de este momento usted no trabaja más con nosotros’. Les pregunté, ¿por qué? Se limitaron a decir que es una decisión de la empresa”.
Pero esto no es todo. Dice que lo bloquearon de todos los canales de comunicación y hasta el momento la gerencia no se ha comunicado con él.
Ahora su preocupación es como responder ante los compromisos financieros: “estamos pagando un apartamento. Tenemos varios créditos”.
Por eso, solo pide que Carolina Cuéllar Martínez, lo atienda, lo escuche una vez más para estudiar las soluciones que él plantea y, sobre todo, no haya represalias en caso de vincularse a otro operador.
“Me preocupa mi futuro laboral porque siento que a partir de esto puedo estar quedando excluido de participar en otros procesos (...) Mi lucha es volver a la empresa porque me gusta mi empleo y trabajar en pro del crecimiento de la ciudad”.
¿Qué responde ‘La Rolita’?
PUBLIMETRO COLOMBIA se contactó con el operador público para conocer su posición frente a este despido sin justa causa.
Sin embargo, al cierre de esta edición, no se ha obtenido respuesta alguna.