La captura de los hermanos José Gregorio y Estarlin Oswaldo Morgado Herrera ha sacudido a la comunidad de Barranquilla y Medellín, debido a su vinculación en el asesinato de Zaida Andrea Sánchez Polanco, conocida como La Diabla Este crimen, que ocurrió el 22 de enero en la entrada de un hotel en el barrio Naranjal, en la comuna 11 de Medellín, dejó a la ciudad conmocionada y planteó interrogantes sobre la red de narcotráfico y la violencia que se vive en la región.
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La Policía Metropolitana de Barranquilla fue crucial en la captura de los hermanos, quienes intentaron escapar de la justicia tras perpetrar el homicidio. La clave para su identificación estuvo en la motocicleta utilizada durante el crimen, la cual fue adquirida apenas dos horas antes de que se llevara a cabo el ataque. Las cámaras de seguridad de la ciudad permitieron rastrear la ruta que tomaron, revelando que se encontraban en el lugar del crimen justo antes de que se ejecutara el asesinato.
La Fiscalía ha informado que, en el momento del ataque, José Gregorio, de 25 años, conducía la motocicleta, mientras que Estarlin Oswaldo, de 29 años, actuó como parrillero y es señalado de haber disparado contra La Diabla. Esta acción ocurrió cuando Sánchez Polanco descendió de una camioneta de alta gama para ingresar al hotel, donde se encontraba refugiada desde el 14 de enero, tras haber huido de Aguachica, Cesar, por motivos de seguridad.
Indicios clave que llevaron a la captura de los hermanos implicados en el asesinato de ‘La Diabla’ en Medellín
El crimen fue brutal: el sicario, al parecer Estarlin Oswaldo, se acercó a La Diabla a quemarropa y le propinó múltiples disparos, causando heridas mortales. Los hechos quedaron registrados en un video de seguridad del hotel que rápidamente se viralizó en redes sociales, lo que aumentó la presión sobre las autoridades para actuar rápidamente.
Después del asesinato, los hermanos abandonaron la motocicleta en las cercanías de la Biblioteca Pública Piloto, en el barrio Carlos E. Restrepo. Sin embargo, la investigación judicial no se detuvo ahí. La recolección de huellas dactilares y el análisis de los videos de seguridad permitieron a los investigadores establecer la identidad de los últimos usuarios del vehículo. Este tipo de evidencias fue determinante para vincular a los Morgado Herrera con el asesinato de La Diabla.
Los hermanos intentaron evadir la captura viajando en un bus intermunicipal hacia Barranquilla. Sin embargo, la acción rápida de la Policía Metropolitana permitió que fueran detenidos antes de que pudieran escapar. Posteriormente, fueron presentados ante un juez de control de garantías, donde se les imputaron cargos por homicidio y porte y tráfico de armas de fuego, ambos agravados.
Aunque durante las audiencias concentradas los hermanos se declararon inocentes, el juez decidió enviarlos a centros carcelarios mientras avanza el proceso judicial en su contra.
La figura de La Diabla es compleja. Era conocida en Aguachica como una prestamista y estaba ligada sentimentalmente a Alexander González Pérez, alias El Calvo, un narcotraficante con vínculos al Clan del Golfo. Su vida, marcada por la violencia, se tornó aún más trágica tras la masacre de su familia, que ocurrió el 30 de diciembre en Aguachica, donde un pastor y su familia fueron asesinados, generando rumores sobre confusiones que la vincularon con el suceso.
La historia de La Diabla y los hermanos Morgado Herrera es un reflejo de la violencia que azota a Colombia, donde el narcotráfico y la lucha por el control territorial conducen a situaciones extremas. La investigación sigue en curso, y la comunidad espera que este caso y del de la masacre de la familia del pastor en Aguachica sea un paso hacia la justicia en medio de un clima de impunidad que ha prevalecido durante años. Las pistas que llevaron a la captura de los hermanos son un rayo de esperanza en la búsqueda de respuestas frente a la violencia que ha marcado la vida de muchos en el país.