En un hecho que ha generado gran polémica en redes sociales, una joven aseguró que fue víctima de una práctica tan inusual como indignante en un centro comercial de Cartagena. Según su relato, un hombre desconocido le quitó las sandalias sin su consentimiento mientras ella estaba sentada en un andén y luego le cobró dinero para devolvérselas. Este caso no sería aislado, ya que personas de ciudades como Cartagena, Sincelejo y Aguachica (Cesar) han reportado situaciones similares con los llamados ‘quitazapatos’.
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“Acabo de llegar a mi casa y quisiera llorar de la rabia y la indignación”, así comenzó la denuncia de la joven, cuyo usuario en TikTok es luceee_5. En el video, que rápidamente se viralizó, explicó cómo ocurrió el insólito episodio.
De acuerdo con su testimonio, mientras esperaba una moto que había solicitado a través de una app, fue abordada por un hombre, de unos 33 años, quien sin mediar palabra le quitó sus sandalias. “Me las quita sin preguntar. Me dice: ‘No te asustes, no vayas a salir corriendo, porque yo tengo tus sandalias’”, narró visiblemente molesta.
Joven denuncia insólito caso de ‘quitazapatos’ en Cartagena: la actividad que indigna a las redes sociales
El hombre, tras quitarle las sandalias, sacó un estuche con taches metálicos y le aseguró que las sandalias necesitaban de dichos adornos para no romperse rápidamente. Alegó que, aunque no ganaba mucho dinero con este “trabajo”, era mejor que estar desempleado.
La joven, pensando que el servicio tendría un costo menor, sacó $4.000 de su cartera como una colaboración, pero quedó impactada cuando el hombre le exigió $12.000 por sandalia, lo que totalizaba $24.000. Ante su asombro, decidió pagarle $20.000 para evitar un conflicto y terminar rápidamente la situación, ya que la moto que había solicitado estaba cerca.
“Me sentí completamente engañada. Saca un rollo de billetes, hasta dólares tenía. Esto claramente se lo hace a todo el mundo”, comentó indignada.
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El video de la joven ha alcanzado más de 15.000 likes y 2.040 comentarios, muchos de ellos de personas que compartieron experiencias similares. “A mí también me pasó” y “Yo tuve que enfrentarme con uno en el Centro; me correteó con un cuchillo hasta Paseo Bolívar”, son algunos de los relatos que evidencian que esta práctica es recurrente en ciertas ciudades del país.
El caso ha puesto de manifiesto la existencia de actividades informales que, aunque parecen absurdas, logran sacar provecho de la buena fe o la vulnerabilidad de las personas. Este tipo de situaciones no solo generan indignación, sino que también plantean interrogantes sobre la necesidad de reforzar la seguridad en espacios públicos como los centros comerciales de Cartagena.
Mientras tanto, la joven concluyó su video con un llamado a la ciudadanía para estar alerta ante este tipo de engaños y a las autoridades para que regulen estas prácticas que, aunque pequeñas, afectan la confianza y tranquilidad de los ciudadanos.
