El 2024 quedará en la memoria como un año clave para el medio ambiente en Colombia. La COP16, celebrada en Cali, marcó un hito al reunir líderes globales para discutir soluciones frente a la crisis climática. También destacó la histórica reducción en los índices de deforestación del país y los avances hacia un modelo energético más limpio. Sin embargo, las lluvias intensificadas por el fenómeno de La Niña recordaron que las acciones actuales, aunque significativas, podrían no ser suficientes para enfrentar los retos climáticos.
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Transición energética
Uno de los logros más destacados del 2024 fue el aumento en la capacidad instalada de energía solar, que alcanzó los 2 GW (gigavatios). Esto representa un avance significativo en la capacidad de generación eléctrica sostenible del país. Según cifras de SER Colombia, se proyecta que para el 2025 se ejecuten 66 nuevos proyectos de energía renovable, con el objetivo de fortalecer aún más la transición energética y diversificar la matriz energética nacional.
A pesar de estos avances, la realidad enfrenta desafíos. Más del 60 % de los proyectos renovables programados para entrar en operación este año sufrieron retrasos, principalmente debido a demoras en los permisos ambientales y a procesos de consulta previa con las comunidades locales. Estos obstáculos reflejan la necesidad de fortalecer los marcos regulatorios y fomentar la coordinación entre actores clave.
Sostenibilidad y empleo
La sostenibilidad no solo se trata del medio ambiente; también incluye aspectos sociales y económicos. Garantizar empleos dignos y reducir el desempleo es un componente fundamental para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas. En Colombia, las industrias relacionadas con energías renovables y la economía circular tienen el potencial de generar miles de empleos, especialmente en regiones vulnerables. Sin embargo, estos esfuerzos requieren una integración más sólida entre políticas públicas y programas educativos para capacitar a la población en habilidades técnicas y sostenibles.
Los avances de este año son un recordatorio de que la sostenibilidad no es responsabilidad exclusiva de gobiernos y empresas. Cada persona puede contribuir adoptando prácticas sostenibles en su vida diaria: desde reducir el uso de plásticos hasta optar por medios de transporte más limpios y apoyar iniciativas locales de reforestación. Al tomar pequeñas decisiones conscientes, es posible construir un país más resiliente frente a los desafíos climáticos.
La sostenibilidad no es un destino, sino un camino que requiere la participación activa de todos. Ahora, más que nunca, es el momento de sumar esfuerzos y formar parte de un cambio significativo.
