La violencia volvió a sacudir a La Guajira tras el hallazgo de cuatro cuerpos decapitados y con signos evidentes de tortura en las cercanías de la finca El Parnaso, ubicada entre los corregimientos de Perico y El Ebanal, en el Distrito de Riohacha.
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En contexto: Identificaron a joven pareja cuyos cuerpos fueron hallados en pedazos y encostalados en sacos de maíz
El descubrimiento ocurrió la noche del jueves 14 de noviembre, cuando campesinos que transitaban por el área dieron aviso a las autoridades tras encontrar los cuerpos. Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal en Santa Marta, donde se realizarán los exámenes necesarios para establecer las identidades y determinar las causas exactas de la muerte.
Primeros indicios apuntan a grupos armados: sobre hallazgo de cuatro hombres decapitados en Riohacha
Según reportes preliminares, se encontraron emblemas de un grupo al margen de la ley dibujados en un vehículo cercano. Además, se especula que en la zona se registraron enfrentamientos recientes entre grupos armados ilegales y la Fuerza Pública, aunque no se ha emitido un comunicado oficial al respecto.
Un patrón recurrente de violencia
Este no es el único caso de violencia extrema en la región. En abril de este año, dos cuerpos desmembrados fueron hallados en la vereda San Salvador, del corregimiento de Mingueo, también en Dibulla. Los cuerpos, que estaban encostalados en sacos y arrojados en una trocha, fueron presuntamente acompañados por un mensaje que decía “Por ratas”, aunque esta información no fue confirmada oficialmente.
La Guajira se ha convertido en escenario de una escalada de violencia atribuida a ajustes de cuentas entre bandas criminales con nexos con el narcotráfico. Estos grupos operan en la región y han generado una creciente inseguridad para los habitantes locales.
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Impacto en la comunidad y acciones de las autoridades
El hallazgo de los cuerpos ha provocado temor y conmoción en la comunidad, que vive en constante alerta debido a los recurrentes casos de violencia extrema. Las familias de las víctimas exigen justicia y respuestas claras de las autoridades.
Por su parte, las autoridades locales trabajan para identificar a los responsables y mitigar la creciente ola de homicidios. Sin embargo, los esfuerzos han resultado insuficientes para frenar la actividad de los grupos delictivos que operan en la región.
El clamor por seguridad y justicia
La violencia en La Guajira no solo enluta a las familias de las víctimas, sino que también pone en evidencia la necesidad de estrategias contundentes para combatir la criminalidad en una zona marcada por la impunidad. Este nuevo hallazgo resalta la urgencia de un plan integral de seguridad que brinde tranquilidad a los habitantes y recupere el control de las áreas afectadas.
Las investigaciones continúan, y se espera que en los próximos días se revelen avances significativos que permitan esclarecer estos brutales asesinatos.