Un año después del asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta en una isla tailandesa, el país busca cerrar este mediático caso. Sobre el caso, el español Daniel Sancho, acusado del crimen, espera la sentencia que se anunciará a finales de mes.
El crimen ocurrió el 2 de agosto de 2023 en una habitación del pequeño hotel Bougainville, ubicado en la paradisíaca isla de Phangan, al sur de Tailandia. La noticia de la implicación de Sancho, entonces de 29 años y descendiente de los famosos actores españoles Rodolfo Sancho y Sancho Gracia, generó un gran revuelo mediático en España.
El ambiente en el hotel ha estado tenso desde el incidente. La recepcionista, entrevistada por la agencia EFE, expresó su descontento por la constante presencia de periodistas y YouTubers, que siguen indagando sobre el suceso, lo cual “puede molestar a los clientes”. A pesar de la notoriedad del caso, el hotel ha mantenido una ocupación constante.
Sancho y Arrieta, de 44 años, se encontraron en Phangan. Las últimas imágenes de Arrieta con vida provienen de cámaras de seguridad, que captaron a ambos entrando en el resort. Al día siguiente, la prensa local informó sobre el hallazgo de restos humanos en un vertedero de la isla, lo que generó alarma en la familia de Arrieta, que no había podido contactarlo desde el día anterior.
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Sancho denunció la desaparición de Arrieta esa misma noche en la comisaría local. Sin embargo, la policía ya había identificado al español como sospechoso tras revisar cámaras de seguridad en un supermercado, de donde provenían bolsas de basura con partes del cadáver. El 5 de agosto, Sancho fue formalmente detenido tras confesar el asesinato, aunque más tarde negó que fuera premeditado, alegando que Arrieta murió accidentalmente durante una pelea en la que se defendía de una supuesta agresión sexual.
La actitud de las autoridades tailandesas ha cambiado desde los primeros días del caso. Mientras que inicialmente compartieron información y permitieron entrevistas con Sancho, ahora se muestran reacios a comentar sobre el proceso judicial en curso. Un policía de Phangan declaró que el caso es “cerrado” y que “no hay nada de qué hablar”, reflejando el deseo de las autoridades de dar por terminado este turbulento episodio.
Con la sentencia pendiente, la atención sobre el caso persiste, pero Tailandia busca poner fin al escrutinio mediático y seguir adelante.
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Este viernes, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Arrieta, sus familiares y amigos ofrecerán una misa en su memoria en la parroquia de Santa Cruz de Lorica, su pueblo natal y donde fue enterrado.
