Todavía en Barranquilla no se explican lo ocurrido con la masacre que dejó a tres hombres muertos de una misma familia, en una zona residencial de su área metropolitana. Las víctimas en los hechos fueron Ronald Vega Daza, Ray de Jesús Vega Daza y su padre Rafael Vega Cuello, pero en la casa había más personas que milagrosamente sobrevivieron a los hechos. Las autoridades ahora se preguntan ¿por qué se salvaron de morir?
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En la incursión a un blindado conjunto residencial varios sicarios asesinaron con disparos de fusil a estos tres de miembros del llamado clan de los Vega Daza y dejó con vida a Roberto Carlos Vega, a su madre (Maili Daza), a un menor y a otro hombre, que se hallaban en esta casa.
Por eso, los investigadores señalan de que el hecho de que Roberto Carlos y su madre hayan quedado vivos no fue un error sino al contrario una estrategia.
“Es posible que les estén exigiendo entrega de bienes y de dinero”, aseguró una fuente enterada que confirmó que Roberto Carlos fue herido en su pierna izquierda y que permanece bajo custodia, según publicó el diario El Tiempo.
Al parecer, según las autoridades esta vendetta no se acabado que esperan otra nueva respuesta de esta masacre, al igual que sucedió con la ‘narcofiesta’.
Cabe recordar que Roberto Carlos Vega, uno de los sobrevivientes de la masacre del jueves, participó en la ‘narcofiesta’ de octubre de 2022, en la que fue asesinado Jonathan Ospino, el cumpleañero y sobrino de Álvaro Ospino, conocido como alias la ‘Negra Dominga’.
Ese día, en octubre del año pasado, huyó en su camioneta blindada y si bien la Policía lo detuvo kilómetros después, la fiscalía local lo dejó libre, luego de que su abogado llegó con los salvoconductos de las armas que portaba él y su guardaespaldas.
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“Desde entonces, estaba siendo monitoreado por allegados a los Ospino. Además, bandas venezolanas que siguen ganando terreno en el mundo del hampa, estaban decididos a enfrentar a su padre y hermanos”, aseguró una fuente enterada.
Para cometer la masacre sus autores no escatimaron en gastos. Hubo armas sofisticadas, carros lujosos, granadas, drones e incluso el pago de 9 millones de pesos de alquiler por el local, contiguo a la vivienda de los Vega, que se usó cómo lugar para ingresar al custodiado conjunto residencial y que es una de las pisas que se siguen.
Incluso, días antes en sectores exclusivos de Barranquilla y de su área metropolitana empezaron a aparecer decenas de carteles con la palabra ‘Se busca’, y las fotos de Rafael Vega Cuello y sus hijos Ray de Jesús, Ronald y Roberto Carlos Vega Daza, era crónica de una muerte anunciada.
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Como se recordará, sujetos armados con fusiles de largo alcance, ingresaron a un conjunto residencial desde un local contiguo, y asesinaron a los tres integrantes de los Vega Daza y dejaron herido a otro familiar.
Posteriormente, escaparon a bordo de un vehículo Renault Duster, color champaña, dejando en la escena cuatro fusiles y una granada fragmentación, la cual fue desactivada por miembros de la Policía, de acuerdo con la información que entregó a Atlántico en Noticias, el general Jorge Urquijo, comandante de la Policía Metropolitana.
Sobre el hombre del fusil en Sabanilla
El año pasado a la Fiscalía en Barranquilla llegó alias Deivis Parrilla, el hombre, que se ve en un video, que portaba un fusil el pasado 24 de octubre durante la parranda vallenata que terminó en balacera en Sabanilla.
En compañía de su abogado, “Deivis” rindió versión libre de lo sucedido y explicó que el arma no era de su propiedad sino que la habría recogido del suelo para evitar que alguien más la accionara.
Además, agregó que cuando la Policía llegó al lugar de los hechos, la casa finca Mediterrané, ubicada en el sector de Sabanilla, Punta Roca en Puerto Colombia, dejó el arma abandonada y se fue del lugar. Sin embargo, hasta el momento no se conoce la ubicación del arma de fuego.
En el trágico cumpleaños murió el escolta de Roberto Carlos Vega Daza (integrante del Clan Vega Daza que resultó herido en la nueva masacre), quién era uno de los asistentes. Luego de recibir varios disparos y dejarlo tendido en la cancha de fútbol de la finca, un hombre lo degolló con sevicia con el pico de una botella. En los hechos también resultó herido un joven de 20 años identificado como Sebastián Enrique Escorcia Pérez.
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A todo eso se le suma la muerte del cumpleañero, Jhonatan Ospino Illera, quien recibió siete disparos.
En ese momento se manejaron tres hipótesis del suceso. Según los asistentes, fue una pelea interna que ya venía de tiempo atrás. Al parecer uno de los invitados habría acosado sexualmente a una mujer y por eso se desató un pleito. Para el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, el coronel Jorge Urquijo, se trataría de una venganza entre bandas criminales. Y la Fiscalía contempla la posibilidad de que bandas de narcotraficantes venezolanas estén enfrentándose a grupos de La Guajira y Santa Marta.