“El que persevera alcanza”, señala este equipo de biólogos y expertos en conservación, que por tercera vez, en tres años salieron en esta expedición en la búsqueda del periquito del Sinú, un ave que se cree extinta y que es endémica de Colombia, cuyo hábitat se encuentra en el nudo del paramillo entre los departamentos de Córdoba y Antioquia, pero que hace más de setenta años no ha sido reportada como vista en el país.
Esta iniciativa de hallarla se da gracias a la Sociedad Ornitológica de Córdoba, que es una asociación sin ánimo de lucro y que lleva cuatro años trabajando el departamento de Córdoba, fundada por un grupo de entusiastas en torno a las aves.
“Esta especie es muy enigmática para nosotros porque irónicamente desde que se descubrió nunca más se volvió a ver y esta ave es muy especial, porque es un ave endémica para Colombia, solamente se encuentra en nuestro país”, dijo a PUBLIMETRO Hugo Alejandro Herrera, el presidente de la Sociedad Ornitológica de Córdoba.
En busca de la Pyrrhura subandina
El periquito del Sinú o la Pyrrhura subandina fue avistada por primera vez en el departamento de Córdoba en 1917 y la última vez que se vio a esta ave fue en 1949 y desde ese momento, en más de setenta años, no se ha vuelto a registrar su avistamiento, por eso los eso los científicos quieren entender qué pasó con esta especie o por qué habría desaparecido.
La expedición partió hacia el Alto Sinú, específicamente en el cerro Murrucucú, en la vereda La Fría en el municipio de Tierra Alta, Córdoba, que está dentro del Parque Nacional Paramillo. Hace unos años trajeron 20 especies nuevas para el departamento de aves, una especie nueva de rana, una especie nueva de un cacao.
Esta sociedad se encarga de hacer entrega de afiches, volantes, stickers a las comunidades en Córdoba con énfasis en la educación ambiental, sobre todo en la zona donde podría estar esta especie de lorito. Es así como llevan tres años visitando, conociendo, entendiendo una zona que era completamente desconocida para Colombia, porque estuvo aislada por muchos años principalmente por temas de orden público.
¿Cómo se prepara una expedición científica de este tipo?
Estos expertos estuvieron diez días aislados en estos montes del 15 al 25 de febrero de 2023, pero antes de esto comienza la preparación de campo con un campamento que lleva construirlo por lo menos con un mes de anticipación en medio de la selva. El lugar contó con una enramada, con aislante para colgar hamacas o armar carpas. En el campamento se instaló un baño campesino, una cocina y ese era el punto de partida de dónde salieron los expedicionarios a buscar este periquito a través de monitoreo constante en este cerro de Murrucucú.
A partir de allí se hizo una segunda expedición que contó con el apoyo de American Bird Conservancy, Loro Parque Fundación, Re:wild y Fundación Urrá SA ESP, entre otros socios.
“Nuevamente pudimos armar un combo que me da mucha alegría escuchar que nos decían que habíamos escogido a la Selección Colombia de ornitología con investigadores del Instituto Humboldt, un investigador de la Javeriana, un biólogo de Colombia Birding, una bióloga de la ONG Selva, tres biólogos de la Universidad Tecnológica sumados a ocho personas de la comunidad que están participando en el proceso”, destaca Herrera.
Un periquito que no aparece pero que abre un camino
Cada año, estos biólogos bajan de la montaña sin poder avistar a esta esquiva ave, pero ellos no pierden la esperanza de poder ver por primera vez en muchos años al periquito de plumas verdes y rojas que sólo han podido visualizar con los ojos de la imaginación.
La expedición, aunque apenas está en los análisis preliminares de sus hallazgos, ya reportó el avistamiento del águila arpía de la cual no se tenía registros de por lo menos hace cincuenta años.
“Pero más allá de la lorita cuántas cosas más desconocemos de la zona y que podemos aportar para el país y para esas comunidades que conozcan su biodiversidad. Es así como el 15 de febrero nos montamos nuevamente desde Montería siete horas arriba en la montaña, en la selva buscando a esta lorita y a todas las especies que habitan con ella”, señala el presidente de la SOC.
La Sociedad Ornitológica de Córdoba también destacó el apoyo que han recibido de Parques Nacionales Naturales que desde hace tres años acompaña a estos expedicionarios quienes junto a las comunidades de la Vereda El Diamante en el municipio de Tierralta poco a poco abren este territorio al turismo para el avistamiento de aves, como resalta Herrera.
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Otras misiones de la Sociedad Ornitológica de Córdoba
En su misión esta sociedad buscó en el departamento cuáles eran las necesidades más apremiantes, en el tema de la conservación de las aves endémicas del país, como el trabajo que desarrollan en San Bernardo del Viento y en los Montes de María con otras poblaciones de especies en peligro, como argumentó Herrera.
“Se necesita mucha educación, trabajo y cuidado para la consolidación de un turismo sostenible alrededor de la única colonia de garzas rojas o agamia su nombre científico que queda en San Bernardo del Viento. Es súper importante porque no existe en Colombia o por lo menos se ha reportado una colonia de esta garza que es bastante esquiva. Es muy hermosa esta ave y es considerada por algunos expertos como una las garzas más bellas del mundo”.
El paujil de pico azul es otra ave que preocupa a la Sociedad Ornitológica de Córdoba, que también le dicen Pavón. Es un ave que estuvo bastante distribuida en el Caribe dentro del Magdalena Medio, es endémica para Colombia y está en peligro crítico de extinción principalmente por la destrucción de su hábitat.
“Más del noventa por ciento del bosque seco tropical Colombia hoy ya no existe por el crecimiento de la frontera agrícola, ganadera y las urbes hacen que el bosque cada vez más se reduzca y que el espacio para estas aves sea mínimo y entonces encontramos poblaciones aisladas en el Magdalena, el Parque Tayrona, en la zona de la reserva de Los Colorados en los Montes de María, Magdalena medio y alto Sinú, pero lamentablemente quedan muy pocos individuos de esta especie en su forma salvaje”, concluyó.
La cifra: se presume que el periquito del Sinú tendría una población diezmada de 50 individuos en la zona del Paramillo.