Por un descuido de sus familiares, un niño de dos años murió en el corregimiento La Playa, de Barranquilla, tras ingerir gasolina de una botella de gaseosa.
El reporte de las autoridades indicó que en días pasados los padres del menor lo dejaron bajo el cuidado de una tía mientras la pareja se iba al trabajo.
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Al parecer, la mujer lo habría dejado solo un par de segundos y en ese momento el pequeño se llevó a la boca una botella en la que había envasado el combustible y tomó varios tragos.
De inmediato, la tía se percató de lo que había hecho el menor de dos años y lo trasladó de urgencias a la Clínica Porto Azul, ubicada a las afueras de la ciudad de Barranquilla.
El personal médico reportó que el niño ingresó al centro médico en estado crítico, con signos vitales débiles. Sin embargo, recibió la atención oportuna desde su ingreso a emergencias.
Sin embargo, el pequeño sufrió tres paros cardíacos y a las 6:00 p.m. del pasado domingo falleció.
Tras el accidente, la Policía de Infancia y Adolescencia anunció que adelanta una investigación para determinar si en el hecho hay responsabilidad de los adultos a cargo del menor.