El programa Artemis de la NASA promete ser uno de los más ambiciosos de la agencia espacial, ya que tiene planeado llevar al hombre a la Luna nuevamente. Pero sus últimos dos intentos de despegue tuvieron que ser suspendidos debido a fallas en el cohete SLS que impulsará la nave Orión. Pero los científicos no se han quedado de brazos cruzados ante las adversidades.
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El pasado 29 de agosto, la misión Artemis 1 tenía un plan de vuelo para comenzar con este gran programa espacial, pero un desperfecto en un motor hizo que se programara la fecha para el 3 de septiembre. Sin embargo, la segunda oportunidad tampoco pudo llevarse a cabo por una fuga de propelente de hidrógeno líquido.
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La fuga ocurrió en una “desconexión rápida”, una interfaz que conecta la etapa central del SLS con una línea de propelente proveniente de la torre de lanzamiento móvil del cohete gigante. Y después de analizar el problema durante unos días, el equipo de Artemis 1 ha decidido reemplazar el sello en la desconexión rápida, trabajando directamente en la plataforma de despegue.
“Realizar el trabajo en la plataforma permite a los ingenieros probar la reparación en condiciones criogénicas. También permite a los equipos recopilar la mayor cantidad de datos posibles para comprender la causa del problema”, reseñaron los funcionarios de la NASA en un comunicado.
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En cuanto al primer intento de lanzamiento, los expertos reportaron que la falla fue ocasionada por una medición que indicaba que uno de los cuatro motores en la etapa central del SLS no se estaba enfriando a la temperatura adecuada antes del lanzamiento. El equipo de Artemis 1 concluyó rápidamente que la lectura fue causada por un sensor de temperatura defectuoso y decidió seguir adelante con el intento llevado a cabo en septiembre.
El equipo también solucionó una fuga de LH2 durante el intento del 29 de agosto, pero esa fue mucho más pequeña que la fuga en la que el equipo está trabajando ahora.