Opinión

El nombre importa

“Si se quiere que la ciudad le de importancia al deporte es hora de crear la Secretaría del Deporte”, plantea Blanca Inés Durán, exdirectora del IDRD en Bogotá

Equipo Bogotá IDRD Cortesía IDRD

Las instituciones son una representación de la importancia que tiene un tema en una sociedad. Ejemplo de ello es que cuando Bogotá comenzó a preocuparse por la seguridad creó la Secretaría de Seguridad, cuando se preocupó por las mujeres creó la Secretaría de la Mujer. El deporte es un tema que ha estado en la propuesta de varios candidatos a la alcaldía, pero que nunca ha podido contar con el respaldo institucional de una secretaría. Existe el Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte, IDRD, desde hace más de 46 años, pero es una entidad adscrita que no tiene facultades para definir una política pública o para representar a la ciudad en el nivel nacional o internacional.

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A pesar de la aparente importancia que se le da al deporte en la ciudad, no hay una política pública que le apueste al deporte de alto rendimiento, al fortalecimiento de las escuelas o las ligas o a la consolidación de apoyos continuos a los deportistas.

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Hasta el 2017 la Secretaría de Cultura contaba con una dirección de Recreación y Deporte para encargarse de los temas centrales de este sector, sin embargo, ese año fue eliminada y se cambió por la Dirección de Cultura Ciudadana. El deporte quedó huérfano y sin personas especializadas en el tema.

El año pasado el Congreso deliberó sobre la Ley del Deporte, que ya cumple 29 años, y la Secretaría de Cultura no aportó ninguna propuesta, a pesar de ser la capital del país y contar con más de 2.600 deportistas enfocados al alto rendimiento y encargados de representar a Colombia afuera. La mayoría de los secretarios de cultura que han nombrado en Bogotá son expertos en artes escénicas, música o artes plásticas, pero ni uno sólo tiene siquiera un acercamiento al tema deportivo. Eso es complejo, pues son sectores muy diferentes y con dinámicas de asociación son diametralmente opuestas: mientras que en el sector cultura se pueden organizar en colectivos, asociaciones, compañías o grupos y con cualquiera de esas formas recibe apoyos de la Secretaría de Cultura, el deporte se organiza a través de clubes, ligas, federaciones y el Comité Olímpico Colombiano, en su mayoría privados.

Ningún deportista puede recibir ningún apoyo si no hace parte de estas organizaciones reglamentadas en el Sistema Nacional del Deporte y no pueden competir si estas no los presentan a las competencias. Pero la Secretaría de Cultura no entiende esa diferencia y sigue hablando de fomento, estímulos y apoyos para los deportistas como si de artistas se tratara.

Bogotá no puede seguir tratando el deporte como un tema secundario y luego quejarse por los resultados en las diferentes competencias y no todo debe quedar en cabeza de un instituto. El IDRD no sólo debe manejar el Alto rendimiento y las competencias, casi el único tema por el cuál se le mide, sino que además debe hacer el mantenimiento a los escenarios deportivos, 7 de alto rendimiento y 9 recreativos, los 156 parques estructurantes y los 5100 parques de proximidad.

Si se quiere que la ciudad le de importancia al deporte es hora de crear la Secretaría del Deporte y definir política pública de largo plazo para formar a los deportistas que nos representarán, no sólo en los próximos 4 años sino en los próximos 12.

No es sólo un cambio de nombre, es reconocer que no se le puede seguir sacando provecho político al deporte, seguir hablando de la importancia del deporte para los niños, niñas y jóvenes y no darse la pela por crear una institución que de verdad muestre ese interés que se dice tener.

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