La Fundación Ideas para la Paz (FIP) ha sacado un nuevo informe llamado ‘Una mesa con el Clan’ en el que detalla la evolución militar, política y económica del Clan del Golfo en el país, esto en el marco de una posible negociación con el gobierno de Gustavo Petro.
Desde que era candidato a la presidencia, Gustavo Petro fue reiterativo en su propuesta en que para cerrar el ciclo de violencia en Colombia, se debía llegar a acuerdos “sobre lo fundamental”; el hoy presidente nombró este proyecto como Paz Total en el que tras más de dos años de gobierno, ha logrado sentarse a dialogar con el ELN y algunas estructuras de las disidencias de las FARC.
Sin embargo, el grupo armado Ejército Gaitanista de Colombia, más conocido como Clan del Golfo, no había mostrado interés en tener conversaciones exploratorias de paz, pero tras unos acercamientos en 2023, el pasado 8 de julio del presente año ambas partes autorizaron instalar un Espacio de Conversación Sociojurídico.
Expansión del Clan del Golfo en Colombia
Según el Ministerio de Defensa, el Clan del Golfo hoy es el grupo armado ilegal más grande del país, donde desde 2018, esta estructura criminal creció un 95% ya que tenía alrededor de 3.378 hombres en armas y ahora está por encima de los 7 mil. De acuerdo a la Defensoría del Pueblo, es la agrupación con mayor influencia municipal.
Pasó de tener influencia en 179 municipios de 10 departamentos, a estar en 238 municipios de 16 departamentos. En 2018 tenía cuatro bloques y 22 frentes, hoy tiene seis bloques y 34 estructuras. Hoy sus principales zonas de expansión son Chocó, el Magdalena medio, sur de Bolívar y la costa Atlántica.
“Está al máximo de sus capacidades, aplica una exitosa fórmula de expansión que continúa dando resultados, consolida una faceta política, gana y se mantiene a flote en diferentes disputas territoriales, conserva grandes cantidades de dinero y resiste con eficiencia las acciones de la Fuerza Pública”, dice el informe de la FIP.
Transformación del Clan del Golfo tras la captura de alias ‘Otoniel’
La captura de Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel, quien era el máximo cabecilla del Clan del Golfo, representó la posibilidad para que la estructura criminal modificara su jerarquía. Según la FIP, el grupo delincuencial se alejó de la idea de un clan familiar (la familia Úsuga David) y ahora es liderado por un Estado Mayor Conjunto que asumieron seis antiguos mandos de las AUC, los cuales han intentado posicionar un discurso contrainsurgente.
“El Clan puso en marcha unos procesos de expansión territorial más controlados, haciendo menor uso de franquicias; creó la figura de “comandante político” y fortaleció sus procesos de formación interna; también profundizó la cooptación o creación de organizaciones sociales y comunitarias”, explica Gerson Arias, uno de los autores del informe.
El análisis es claro en establecer que uno de los puntos en los que se fortaleció el Clan del Golfo, fue su capacidad de reclutamiento, en especial de soldados y suboficiales retirados del Ejército, de exmandos medios de las extintas FARC y del ELN.
En lo que tiene que ver con la financiación, la Fundación Ideas para la Paz explica que el autodenominado Ejército Gaitanista de Colombia, incursionó en otras economías ilícitas además de los cultivos de coca. Hoy el Clan del Golfo maneja gran parte de la minería ilegal, el tráfico de migrantes, la “protección” a plazas de microtráfico, la contratación pública y la extorsión de actividades económicas de las regiones donde opera.
Oportunidades de negociación con el gobierno Petro
Para la FIP la posibilidad de que ambas partes se sienten a dialogar es una avance significativo a contener el crimen organizado y reducir la violencia asociada a este fenómeno.
“La posible negociación con el Clan parte con varias ventajas que le pueden dar credibilidad y seriedad. La primera es que maneja una lógica de “fase exploratoria” que da flexibilidad para definir los términos y el alcance del diálogo, confirmar la voluntad real de las partes, ajustar expectativas y encontrar respuestas a preguntas fundamentales como qué ganan con negociar. La segunda es que cuenta con algunos actores internacionales interesados en acompañar los diálogos. La tercera es que involucra a personas con poder de decisión dentro del grupo armado”, señala el informe.
Finalmente los autores e investigadores del análisis del FIP advierten que es necesario no denominar al Clan del Golfo como un “grupo paramilitar”, ya que los años han demostrado que es una estructura con varias facetas en su forma de operar a nivel financiero, militar y político, las cuales varían según la región.