Sabemos que uno de los retos para lograr un mundo sostenible es dejar de usar los combustibles fósiles y mucho hemos oído de ello. La pregunta real es: ¿es posible dejar de usarlos? ¿Podemos cambiarnos ya a las energías renovables? ¿Por qué vemos este paso tan lento?
Empecemos por entender los combustibles fósiles se generaron hace más de 300 millones de años, cuando los restos de algas y seres vivimos fueron quedando atrapados en los fondos marinos y en cientos de toneladas de tierra, que con el pasar del tiempo y la presión a la que estaban sometidos fueron creando las sustancias que hoy conocemos. Cuando son extraídas para su correspondiente uso, generan grandes cantidades de energía, lo que permite responder a las necesidades de toda la población.
Los combustibles fósiles siguen siendo la solución para muchos problemas
El uso de los combustibles fósiles para el avance de la humanidad no se pone en duda, ya que sin el carbón la revolución industrial no hubiese prosperado. O si nos vamos a tiempos más actuales, el uso del petróleo ha sido el encargado de hacer funcionar la movilidad y la económica en el mundo, sin contar que el gas es uno de los principales generadores de energía para los países.
Es por ello que su uso cada día va en aumento. Un ejemplo es el avance de la urbanización que demanda cada día mayor consumo de energía, o también la creación de nuevos productos que dependen del consumo de materiales no renovables para poder seguir produciendo en grandes cantidades y no generar desabastecimiento en los mercados.
Todo esto genera una preocupación en los expertos, ya que advierten que si no cambiamos nuestros estilos de vida, las grandes empresas seguirán creando sus productos para poder satisfacer las necesidades de las personas.
¿Es posible tener una transición energética?
Aunque las energías renovables pueden ser una opción para reducir nuestro impacto con el medio ambiente, debemos entender que el mayor adversario que tienen las energías limpias es los altos costos de su implementación.
Vamos a poner un ejemplo: instalar un sistema de paneles solares que alimenten el hogar de una familia promedio en Colombia puede llegar a costar entre 30 y 50 millones, fuera de su mantenimiento, lo que para una familia son costos que no pueden ser cubiertos debido a necesidades más urgentes, como llevar un sustento a sus hogares.
A pesar de que el colectivo social y las empresas han entendido el impacto del consumo cada vez más excesivo de los combustibles fósiles para el medio ambiente, debemos comprender que si se detiene la extracción del carbón, gas natural o el petróleo no solo se vería afectada el consumo de energía, sino que se vería afectado completamente nuestro estilo de vida.
¿Cuál es la solución entonces? No estamos abogando por seguir usando combustibles fósiles, lo que debemos es avanzar en que el acceso a las energías limpias esté al alcance de todos. Un ejemplo son los biocombustibles, que surgen de buscar modelos de energía que en primera instancia solucionen las necesidades de las personas y que logren equilibrar el impacto en el ecosistema. No es sencillo, pero es posible. ¿Cómo? Lo abordaremos en un próximo artículo.