En la tarde de este miércoles 20 de marzo, se aprobó en la plenaria de la Cámara de Representantes el proyecto ‘Inconvertibles’ que busca eliminar las mal llamadas “terapias de conversión”, con las que buscan cambiar las orientaciones sexuales, identidad o Expresión de género (Ecosieg) de personas pertenecientes a la comunidad LGBTIQ+. Con 97 votos a favor, la iniciativa seguirá en el Congreso y ahora pasará al Senado de la República donde le esperan dos debates más.
El proyecto que ya había empezado a ser discutido desde este martes 19 de marzo, tuvo férreos opositores como el congresista Miguel Polo Polo, quien a través de su cuenta de “X”, antes Twitter, catalogó la iniciativa como “perversa”.
“Hay que dejar claro que estamos en contra de la homofobia y la tortura. Pero al leer este proyecto nos dimos cuenta que su fin, no es acabar la homofobia, sino que es un fin perverso; perseguir y cerrar iglesias, pastores, clínicas , eps e instituciones de salud que fueran acusadas por cualquier persona de discriminación. Hay una línea delgada que este proyecto cruza, de discriminación a la persecución”, escribió el parlamentario.
No obstante, la propuesta tuvo una acogedora aceptación por los demás congresistas:
“Este es un logro histórico para la población LGBTIQ+ de Colombia y pasa al Senado de la República y desde ya le pedimos a los senadores que acompañen este voto para eliminar en el país todas estas prácticas de tortura, de sufrimiento y dolor que están generando a las personas diversas sexualmente con esa falsa idea de que la homosexualidad se puede curar, cuando tenemos clarísimo que la homosexualidad no es una enfermedad”, dijo el representante a la Cámara Cancimance.
Por su parte, la parlamentaria Carolina Giraldo, una de las ponentes de la iniciativa y quien había expuesto algunos casos de personas que fueron víctimas de las terapias de conversión, señaló que estas prácticas pasan en “centros médicos, consultorios psiquiátricos y también en algunas iglesias. Hoy dimos un paso fundamental y quedan dos debates en el Senado de la República”.
Cabe señalar que la plenaria fue enfática en asegurar que el acompañamiento espiritual y religioso debe darse, siempre y cuando este no atente contra la persona de manera violenta o psicológica.