Luz Adriana Camargo emerge como la nueva fiscal general de la Nación en medio de un proceso de elección marcado por la controversia y los desafíos. Con experiencia en la Fiscalía y la Rama Judicial, Camargo enfrentará grandes expectativas y retos, incluyendo casos de alto perfil como el de Nicolás Petro y Álvaro Uribe, así como la necesidad de restaurar la credibilidad de una institución golpeada por la politización.
Luego de tres meses de debates y cinco rondas de votación, finalmente el pasado martes 12 de marzo la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia eligió como la nueva fiscal general de la Nación a Luz Adriana Camargo, quien sacó la mayoría de votos durante la elección, (18 en total).
De esta manera, Camargo asume el cargo como la sucesora del exfiscal Francisco Barbosa, en medio de varias polémicas que rodearon su elección, siendo la renuncia de Amelia Pérez uno de los acontecimientos que más llamaron la atención durante la jornada.
Cabe mencionar que tanto Camargo como Pérez hacían parte de la terna propuesta por el presidente Petro, en la que también competía Ángela María Buitrago. Si bien Pérez comenzó siendo la más votada por los magistrados de la Corte, en las primeras contiendas, en la elección del 7 de marzo, los números cambiaron y se colocaron a favor de Camargo.
Al parecer, las controversiales declaraciones de la pareja sentimental de Pérez, Gregorio Oviedo, quien a través de su cuenta en X insultó a periodistas, políticos, magistrados y hasta la misma Corte Suprema de Justicia, le habría jugado en contra a la candidata. Varios magistrados quitaron su voto a favor de Pérez, por lo que la dejó en desventaja.
Ante las eventualidades, Camargo se postuló como la figura más opcionada el pasado 7 de marzo, cuando sacó 13 votos. Sin embargo, al no alcanzar la mayoría requerida, la Sala Plena del Alto Tribunal ordenó sesión extraordinaria para el 12 de marzo.
El cambio repentino en las preferencias de los magistrados fue un punto de inflexión en el proceso de elección. Al punto de que Pérez llegó en horas de la mañana del martes 12 de mazo, a la Corte Suprema de Justicia, para presentar su carta de renuncia a la terna ante el presidente del Alto Tribunal, Gerson Chaverra Castro.
Pese a que muchos se preguntaban qué implicaciones tendría esta renuncia en el resultado final y cómo afectaría la dinámica interna de la Corte Suprema de Justicia, la votación se llevó a cabo y finalmente Camargo fue la elegida como la décima fiscal general de la Nación, y la segunda mujer después de Viviane Morales en ocupar este cargo.
¿Quién es Luz Adriana Camargo?
Luz Adriana Camargo es una abogada graduada de la Universidad de la Sabana y cuenta con especialización en Derecho Penal y Criminología de la Universidad Libre de Colombia. Su trayectoria incluye roles como Oficial Mayor en el Juzgado 19 Superior de Bogotá y como Juez de Instrucción Criminal. Ha desempeñado funciones en la Fiscalía General de la Nación, donde ocupó cargos como Directora Seccional Administrativa y Financiera de Bogotá, así como Fiscal Delegada ante los Jueces penales de Circuito y la Corte Suprema de Justicia.
Camargo es recordada por su papel como magistrada auxiliar de la Corte Suprema de Justicia durante las investigaciones de parapolítica. Posteriormente, en 2014, fue nombrada por Iván Velásquez, actual ministro de Defensa, como Jefe del Departamento de Investigación y Litigio de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
Además de su trabajo en la Fiscalía y la Rama Judicial, Camargo ha tenido experiencia como litigante en Colombia y a nivel internacional, incluyendo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. También ha trabajado como consultora en diversos temas como investigación, acceso a la justicia y fortalecimiento de mecanismos democráticos.
Retos de Camargo como la nueva fiscal general de la Nación
La designación de la nueva fiscal general ha generado expectativas en torno a los desafíos venideros. De acuerdo con la Fundación Pares, su capacidad de actuar de manera independiente y eficaz será puesta a prueba en casos cruciales. Uno de estos casos implica a Nicolás Petro, hijo del presidente, quien enfrenta acusaciones de delitos financieros y corrupción, lo que suscita gran interés público debido a su vínculo con el mandatario y la necesidad de una actuación imparcial por parte de la Fiscalía.
Además, se espera que Camargo tome decisiones sobre órdenes de captura relacionadas con líderes de grupos armados si así lo solicita el Gobierno. También deberá avanzar en investigaciones como “Las Marionetas”, que involucran a congresistas y reflejan la persistencia de la corrupción en el país.
La nueva fiscal enfrentará el reto de manejar las declaraciones de Salvatore Mancuso, las cuales podrían implicar a terceros y revivir escándalos como la parapolítica y la paraeconomía. Otro caso importante es el del expresidente Álvaro Uribe, acusado de manipulación de testigos y fraude procesal, lo que requerirá una investigación independiente, a pesar del historial de la Fiscalía en relación con la defensa del exmandatario.
Se espera que la nueva Fiscal no solo ajuste los criterios de medición, sino que también mejore los resultados en la lucha contra la corrupción, especialmente en regiones donde se ha observado una disminución en las tasas de gestión en años recientes, según lo señalado por Juan Alejandro Pérez de la Fundación Pares. Estos desafíos se suman a la necesidad de restaurar la credibilidad de una institución afectada por el uso político de su predecesor.
En resumen, la nueva fiscal asume su cargo en un contexto donde la Fiscalía enfrenta cuestionamientos en cuanto a su imagen y eficacia, lo que la obliga a priorizar la restauración de la legitimidad y la confianza en la institución como un ente imparcial y eficiente en la lucha contra la corrupción y la impunidad.