Hace una semana el país se sacudió fuertemente por un temblor de 6,1 que se registró en el Meta y que se sintió en cientos de poblaciones, especialmente en Bogotá. Por eso el pasado 17 de agosto más de uno vivió un día lleno de pánico.
Tras el sismo, se registraron una serie de réplicas, algunas más fuertes que otras, que mantuvieron a los colombianos en alerta.
En el caso del sismo del 17 de agosto, “hasta el momento nuestra red de monitoreo sísmico ha registrado aproximadamente 400 réplicas, en su mayoría en los municipios de El Calvario, Restrepo, San Juanito, Acacías y Villavicencio y Guayabetal, en el departamento del Meta”, indicó el Servicio Geológico Colombiano.
La réplica de mayor magnitud (5,6) ocurrió a las 12:17 p.m., luego del sismo principal.
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Pero, ¿qué se puede hacer en caso de un sismo similar con réplicas?
El Servicio Geológico ha explicado una serie de datos que nos ayudarán a entender mejor lo que pasa:
- Las réplicas son movimientos sísmicos posteriores a un sismo, que ocurren en la misma región donde este se generó y cuya magnitud SIEMPRE es menor a la del sismo principal.
- Generalmente ocurren luego de sismos superficiales (con profundidades menores a 30 km).
- Su duración es variable: si bien pueden registrarse minutos después del sismo principal, también pueden presentarse luego de horas, días, meses e incluso años… Pues, cuando ocurre un sismo de gran magnitud y poca profundidad, se sigue liberando energía hasta que las zonas aledañas al área de ruptura del sismo principal se equilibran nuevamente.
- Inicialmente, la frecuencia con que ocurren es alta, pero disminuye gradualmente con el tiempo.
- Se localizan en la zona de ruptura del sismo principal, pues obedecen al reajuste del área donde se generó esa liberación de energía desde el interior de la Tierra.