Las historias que se han conocido sobre el Tapón del Darién y la crudeza de su selva nos han podido dejar una leve imagen de lo que significa para un migrante tener que cruzar esa frontera entre Colombia y Panamá en búsqueda de un mejor futuro.
Son miles las personas que desde hace varios años se han movido por diferentes países de América Latina para llegar al norte, al país del sueño americano. Sin embargo, en el camino muchos se quedan.
En el caso de Colombia, este ha sido el país que más venezolanos ha albergado desde que empezó su migración por la crisis económica que enfrentaban. Casi la mitad de los 7 millones que salieron de Venezuela pasaron primero por Colombia, aunque en la actualidad no hay una cifra exacta de esta población, pues Migración Colombia no ha entregado el primer informe desde la llegada de Gustavo Petro a la Presidencia.
Pero en el Tapón del Darién, más allá de los venezolanos, confluyen otras nacionalidades que padecen distintos problemas: inseguridad alimentaria, inestabilidad política y violencia, son los principales.
Movimientos migratorios en América Latina
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), los grandes movimientos migratorios en el continente americano se incrementaron desde el 2022 en comparación con años anteriores. Y la frontera entre Panamá y Colombia mostró un aumento interanual del 86 % con un total de 248.284 entradas irregulares.
Además, el número de encuentros en la frontera suroeste de Estados Unidos aumentó un 27 % comparado con el 2021. Y en el 2023 se mantuvo la tendencia.
Esta organización indicó que desde el 1 de enero al 30 de junio de 2023 los movimientos migratorios siguieron aumentando hacia Centroamérica y México. Es como ver en un mapa de América Latina una cantidad de flechas rojas que van desde la Patagonia hacia arriba, tocando cada uno de los países con los que se encuentra.
Y es en el Darién donde esta actividad aumenta con cerca de 200.000 personas reportadas durante la primera mitad de 2023, con 30.000 llegadas irregulares solo en junio. Esto marca un aumento cuatro veces mayor en comparación con el número de migrantes reportados durante el mismo período del año anterior. “Entre los que transitan por el Darién se han identificado varias nacionalidades, siendo la mayoría de Venezuela (51%), seguido de Haití (17%), Ecuador (13%) y China (4%)”, señaló la OIM.
Según el jefe de misión de la OIM, Nicola Graviano, estos viajeros se enfrentan a “múltiples riesgos” durante su largo recorrido y puso como ejemplo la selva del Darién, que en los últimos años se ha convertido en “uno de los corredores migratorios más peligrosos del mundo”.
De hecho, 332 migrantes han sido reportadas como desaparecidas en América Central y del Norte y esto “es una clara señal del nivel de riesgos y dificultades que enfrentan las personas involucradas en movimientos mixtos en toda la región”.
Según la ONU Migrantes, en 2022 más de 69.000 migrantes fueron asistidos para retornar voluntariamente a sus hogares. Sin embargo, en su mayoría son ciudadanos de Medio Oriente y África los que deciden regresar, dejando un porcentaje mínimo para los latinos.
En el caso de Venezuela, la dolarización del país ha servido más para aumentar el porcentaje de remesas que para asegurar un retorno de su población.