‘Welthauptstadt Germania’ era el nombre de la ciudad con la que soñaba Adolfo Hitler durante su gobierno nazi. La inmensa metrópolis, que estaba diseñada para satisfacer los exuberantes caprichos y las excentricidades más inimaginables propias del supremo líder de la extrema derecha, contaban con cientos de construcciones idílicas inspiradas en Babilonia y Roma. La idea de semejante construcción tenía que ver con el deseo que tenía Hitler por hacer de Berlín, la capital del mundo y el epicentro de la ideología del nacionalsocialismo, más conocida como el nazismo.
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Esta ideología estuvo en el poder de 1933 a 1945, donde el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán de Adolfo Hitler liberó una persecución exhaustiva contra los judíos y otras minorías como gitanos, homosexuales, testigos de Jehová... Producto de este gobierno se desataron vejámenes, entre los más recordados el holocausto, donde cerca de seis millones de judíos murieron asesinados por el nazismo, no sin antes someterlos a rutinas de tortura y trabajos forzados.
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Hitler, quien fue el rostro que lideró esta masacre, era además quien ostentaba el poder y soñaba con exterminar aquellas opiniones que discreparan de la suya, la cual se basaba en que solo la raza aria era la que debía gobernar. Pero las ideas extremistas de Hitler no solo se referían a que hubiese una raza superior, sino a que además quería hacer de Alemania el centro mundial del nazismo y con ello construir la ciudad que se catalogara como ‘la capital del mundo’.
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La Biblioteca del Congreso de Washington, en Estados Unidos, conserva varios de los diseños de ‘Welthauptstadt Germania’ que Hitler encargó a su arquitecto Albert Speer, quien tras la derrota del nazismo en la Segunda Guerra Mundial, contó que fue el encargado del ‘plan total para la Capital Imperial’.
El proyecto era llamado “un centro simbólico y práctico del nuevo imperio alemán global”, así lo describió Hitler, según Speer. El arquitecto contó que Hitler soñaba con un Prachtallee (paseo de esplendores) de cinco kilómetros, un Arco de Triunfo, similar al de París pero más grande, ya que consideraba que el ‘Napoleón era un enano’.
Diferentes edificios supremamente ostentosos para el gobierno nazi, inspirados en la ‘Galería de los Espejos de Versalles’. Adolfo Hitler mandó hacer cerca de 3.000 archivos arquitectónicos, mismo que reposan hoy en la biblioteca, sobre lo que él quería fuera ‘la capital del mundo’.
Además, se conoció, por parte del Speer, que esta inmensa ciudad sería considerada como el centro político, cultural y propagandístico que reforzaría el concepto de la dominación nazi en el planeta.
