Las altas temperaturas a nivel nacional han sido motivo para que más de uno vaya a comprar un ventilador o un aire acondicionado para llevar a su casa. Pero también ha sido la oportunidad para que muchos y muchas encuentren nuevas formas de trabajo y esta vez estamos hablando de dos mujeres que se han hecho el ‘agosto’ vendiendo minutos de sombra en un semáforo concurrido del municipio de Barrancabermeja.
La sensación térmica en Barrancabermeja, el lugar que tiene reputación de ser el más caliente de Colombia, muchas veces alcanza los 45 grados centígrados. El calor se hace insoportable y quienes transitan por las calles seguro pagarían por unos minutos de sombra. Lo hacen, de hecho, gracias a Geraldine Colman y su compañera, que citadas por Q’Hubo, cuentan cómo es ser vendedoras de sombra para los barranqueños.
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“A nosotros nos favorece que haya el sol, cuando está muy caliente la gente colabora mucho, especialmente cuando van con los niños para los colegios, con eso me sustento, me va bien y mantengo a mi familia”, dice la mujer venezolana que se ubica específicamente en la Calle 28 a realizar esta labor con una sombrilla gigante.
Cuando la luz del semáforo se pone en rojo, los motociclistas que quedan allí, varados debajo de ‘el mono’, como se le diría coloquialmente al sol, reciben el alivio de tener sombra con los parasoles gigantes que ya se han vuelto muy populares, pues por lo menos ya 28 personas realizan esta labor en las calles del municipio.
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Las mujeres reciben algunas monedas realizando este trabajo y aunque muchos les piden que no los cubran, otros si las acogen y les colaboran. Incluso, cuentan que en un buen día se podrían hacer hasta 60.000 pesos vendiendo la sombra, entre monedas de 100, 200 y 500 que les dan quienes transitan por allí.
Además, Geraldine cuenta que esta labor fue un invento de los venezolanos en esa zona del país, pues al ver el calor que hacía en este lugar se imaginaron a gente que, muy al estilo surrealista, se hicieran con sombrillas para ‘vender’ la sombra, con lo que finalmente dijeron: ¿por qué no?.
