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Una vida con cero emisiones de carbono es posible y en la Orinoquía está el ejemplo

Muy cerca de Yopal está el proyecto Co2Bio, el plan de conservación más grande de la Orinoquía que sigue expandiéndose.

¿Es posible que, en una de las zonas más explotadas por la ganadería extensiva y la siembra de arroz las familias puedan vivir de la conservación del medio ambiente? Sí es posible y, de hecho, en varias partes de Colombia sorprendentemente sus comunidades trabajan en ello gracias a la implementación de incentivos económicos por captura de carbono.

La Orinoquía, por ejemplo, es una de las zonas en las que miles de hectáreas están protegidas de toda actividad que atente contra el ecosistema y en la actualidad son territorios carbono-neutral; es decir, que no emiten dióxido de carbono.

Co2Bio es una iniciativa de mitigación de cambio climático que tiene como finalidad evitar la deforestación y degradación de los bosques, así como la transformación de los humedales a través de soluciones basadas en la naturaleza, en los ecosistemas estratégicos de la sabana inundable, en la zona hidrográfica del río Orinoco, que comprende los departamentos de Casanare, Arauca y Vichada.

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La misión de esta iniciativa, liderada por la Fundación Catarubén, ha sido gestionar una certificación para lograr la comercialización de bonos de carbono. De esta manera se benefician también las familias que han hecho parte de este proyecto de conservación, dueñas de los predios.

Lo que quiere decir todo lo anterior, es que miles de hectáreas están siendo protegidas por sus dueños para que su suelo no sea explotado y se libere dióxido de carbono a la atmósfera. A cambio de este trabajo, miles de familias reciben pagos de grandes empresas que quieren compensar su huella de carbono.

Fundación Catarubén

Edwin Hincapié Peñaloza, biólogo que se ingenió este proyecto junto a su esposa, contó a Publimetro cómo lograron que cientos de familias pudieran vivir de la conservación natural que ya se venía realizando en estos predios de Casanare durante décadas.

“En el año 2015, cuando Colombia firmó el Acuerdo de París para empezar a bajar sus emisiones de carbono, dijimos: ‘podría ser que estos predios que hacen conservación logren aportar a ese compromiso nacional o mundial’. Para eso, entonces empezamos a hacer una serie de investigaciones que nos pudieran dar luces de cómo era el tema”, dijo.

Así comenzaron el proyecto piloto, inicialmente sin el afán de generar ingresos sino más bien como un trabajo entre amigos y una extensa familia. “El resultado fue que nos demoramos dos años para tener el primer ejercicio y los certificadores tuvieron la observación de que esto podría llegar a ser un potencial para replicar en todo el país”.

Y así fue. En los últimos 20 años, Casanare ganó 70 mil hectáreas de bosque, tal como lo describe el Ideam; es decir, “que sean árboles de más de 10 metros de altura, de más del 80 % de cobertura y que se hayan mantenido así durante los últimos 10 años”.

Según Hincapié, en este momento está en proceso de regeneración 250 mil hectáreas de bosque. “Entonces, digamos, hay un potencial muy alto para que el Llano sea ejemplo a nivel nacional”.

Latam, rumbo a la carbono-neutralidad

La actividad aérea es una de las más contaminantes del mundo y en Colombia, Latam fue una de las aerolíneas pioneras en cuestionarse por la huella de carbono que estaba dejando al mundo. Es así como decidió aliarse con este programa Co2Bio y, a través de los bonos de carbono, llevar su actividad a la carbono-neutralidad.

El programa Co2Bio ha sido impulsado por la Fundación Catarubén y, además de Latam, también cuenta con el apoyo del Programa Riqueza Natural de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional- USAID y Panthera Colombia.

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