Ya han pasado varias semanas desde que la Comisión de la Verdad terminó su mandato y entregó su Informe Final. Sin embargo, uno de sus investigadores, Andrés Celis, denuncia que las amenazas que ya venía recibiendo no se han detenido y que cada vez se encuentra más intimidado por las mismas, al punto de que ya hace dos semanas tuvo que salir del país.
En otro país, lejos de su familia, asumiendo a penas el choque cultura, con voz tímida y desanimada, Celis cuenta frente a una cámara que le hubiese gustado salir del país en otras circunstancias, no con las amenazas al cuello y con la información de que, según su último victimario, habían pagado 15 millones de pesos por asesinarlo.
Su caso ha tomado mucha más relevancia desde que el pasado miércoles 5 de octubre denunció que las llamadas amenazantes que ha recibido pasaron de ser insultos e intimidaciones a convertirse en amenazas de muerte, en las que le decían que lo iban a matar, al costo que fuera.
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Andrés hizo parte del equipo investigador de esta entidad esclarecedora y creada con carácter transicional, que tuvo a su cargo la recopilación de los testimonios y denuncias que hizo el narcotraficante capturado Dairo Antonio Úsuga David, alias ‘Otoniel’. Sin embargo, también realizaron todo tipo de entrevistas y recopilaciones relacionadas con diferentes grupos armados al margen de la ley.
Publimetro Colombia habló con el investigador, que ha manifestado su inconformidad con la investigación que lleva a cabo la Fiscalía desde que el pasado 19 de febrero ingresaron en su vivienda para hurtarle pertenencias de su trabajo, equipos en donde se encontraban varios de los testimonios de mandos medios y altos de grupos armados ilegales que hablaron con la Comisión de la Verdad.
¿Cómo terminó haciendo parte del equipo que recopiló testimonios como el de alias ‘Otoniel‘?
Por la experticia que tenía yo en el tema de paramilitarismo y conflicto armado, lo que he hecho en Verdad Abierta, empecé a trabajar con el comisionado Alejandro Valencia Villa y con Alfredo Molano haciendo entrevistas a máximos responsables de delitos de violaciones de derechos humanos e infracciones al DIH. Hice parte de un equipo diseñado únicamente para entrevistas a máximos responsables, que no en todos los casos eran las cabezas de grupos delincuenciales, mandos medios, que tienen mayor experticia en cómo se desarrolla la guerra. Desarrollamos entrevistas con paramilitares, exintegrantes de la guerrilla de las Farc, exguerrilleros del EPL, con agentes de Estado, con militares y con narcotraficantes, entre esas la del año pasado a alias ‘Otoniel’.
¿Cómo ocurrió el robo a su vivienda?
Eso fue a la madrugada del 19 de febrero de este año, me enteré porque yo estaba dentro de la casa, no sentí en ningún momento. Esa mañana, me desperté y la casa estaba totalmente desordenada, tanto la sala como la cocina. Me di cuenta que se habían llevado elementos del trabajo, grabadoras, un computador y otros elementos de la casa, libros de conflicto armado, todos mis documentos personales, un parlante y un cuadro que tenía.
Yo hubiera reaccionado si hubiera sentido algo, lo que se le preguntó a la Fiscalía era si tal vez nos habían dado o rociado algo para que nos hubiéramos quedado así de dormidos, porque los movimientos fueron como para que nos hubiéramos despertado.
¿En qué momento comienzan las amenazas?
Fue justo después del robo, las llamadas fueron en total 11, entre el mes de junio y julio y estas últimas, que pude grabar. En las primeras me insultaban y luego me decían que sabía quién era, qué había hecho y que me cuidara, todas tenían el mismo patrón. En esta última amenaza sí hay una interlocución con una persona, le pregunte qué quieren y qué conocen de mí. Son claros en hacerme saber que les dieron 15 millones de pesos por matarme, que no sabían la manera en que me iban a matar pero que lo iban a hacer, fuera con un tiro o descuartizándome y que me han estado siguiendo sin que me diera cuenta.
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¿Cuál podría ser el origen de las amenazas?
Se hicieron varias entrevistas que no solamente eran con gente del Clan del Golfo, también hablamos con agentes de Estado, con paramilitares aún recluidos en centros carcelarios y con exmilitares. Hay información que la Comisión de la Verdad ha reunido donde es evidente que se esclarece que hubo vínculos entre políticos colombianos con carteles de la droga y agrupaciones paramilitares.
Los medios se han centrado en que podría relacionarse con las AGC o Clan del Golfo pero se hizo un esclarecimiento con diversos actores, no solamente con ellos, el robo después de lo de ‘Otoniel’ es una realidad pero no trabajamos solo con ellos.
¿Hay otros compañeros amenazados? ¿Por qué podrían estar ensañados con usted?
Que yo tenga conocimiento de oficios que se han abierto en la Fiscalía por la misma situación en la Comisión consta que hubo seguimiento a otros investigadores, no fui el único, como 6 o 7 sucesos más. Yo me hago la misma pregunta y aún no lo entiendo.
¿Por qué hasta hace dos semanas salió del país?
No iba a irme en la recta final de la Comisión, en las últimas llamadas se puso la alerta a la Fiscalía y las distintas entidades. Por orden de urgencia de la UNP recibí un esquema de seguridad y con eso me estaba moviendo en Bogotá. Después tomé la decisión de empezar a tramitar la salida del país porque no hubo resultados por parte de la Fiscalía, no había garantías para continuar allí, no estaba cómodo haciendo mi labor con un esquema de protección.
¿Cuál es su situación actual?
Hay impactos muy grandes, salir del país no es fácil. A pesar de que esto me está sucediendo a mí es una situación que le ocurre a muchas personas que, con ocasión del conflicto armado, por amenazas directas o indirectas han tenido que salir del país, es recurrente y debería ponérsele foco a que se acabe.
Estando acá me he reunido con personas que han tenido que salir, el tema de la separación familiar es un impacto muy grande. Además, el cambio en lo cultural, la comida y también los impactos psicosociales a los cuales se les debería poner atención. Con mi familia he tenido comunicación permanente para no perder el vínculo, pero me ha afectado sentirme lejos del núcleo familiar y de mis amigos, teniendo que aceptar una nueva condición completamente solo.
¿Ha recibido apoyo o acompañamiento de las instituciones de Estado?
Por parte del Gobierno Colombiano no he tenido ningún tipo de acompañamiento, tengo que precisarlo. Pero sí estuvo pendiente del caso ONU Derechos Humanos o otras entidades internacionales.
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¿En qué Estado está la investigación que se aperturó con el robo?
Pues han pasado 8 meses y no hemos obtenido respuesta alguna de la Fiscalía, ni siquiera por los sucesos del robo de febrero, presenté varias ampliaciones con las amenazas que he recibido. Lo último fue una reunión en donde se nos mostró la recopilación de cámaras, la horas y ya. Pero no nos han dado resultados, no hay avances por parte de la Fiscalía.
También he tenido contacto con el Ministerio Público, con la Procuraduría, la Unidad de Víctimas, la Misión de Verificación de la ONU y ahorita algunas organizaciones internacionales, seguramente vaya a haber algún pronunciamiento público la próxima semana.
¿Cuál es su llamado a las autoridades competentes para que se esclarezca quiénes están detrás de todas las amenazas y el robo?
Que la Fiscalía acelere la investigación, hay un material que ellos recopilaron, unas cámaras de seguridad, un retrato hablado. Habían planteado tres hipótesis, uno que era un habitante de calle (que luego se cayó porque vieron cómo entró la persona), otro que era una persona con nacionalidad venezolana, fueron a su domicilio y no encontraron los equipos.
Necesito que den con quiénes ordenaron el asalto a mi domicilio y que investiguen quiénes están detrás de las llamadas y que respondan quiénes habrían pagado por matarme.