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Policía infiltrado habría creado un plan para señalar a jóvenes como terroristas

Hace 10 años un policía infiltrado habría preparado todo para que seis estudiantes resultaran involucrados en un proceso penal.

Seis egresados de la Universidad Pedagógica fueron víctimas de un policía infiltrado en el 2012, cuando fueron vinculados a un proceso penal, pues al parecer a través de una coartada fueron sorprendidos con 136 papas bombas, todos fueron capturados en Lebrija, Santander. Luego de 10 años acaban de ser declarados inocentes por el Juzgado Primero del Circuito de Bucaramanga.

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Todo se remonta al 2012 en el que se vivió en el país una gran movilización de estudiantiles contra las reformas planeadas para la educación superior, que suponían mayor privatización y endeudamiento.

De acuerdo con El Espectador, Érika Aguirre y Xiomara Torres conocieron a Cuper Diomedes Díaz, otro estudiante de psicopedagogía que les llevaba cinco años de edad, pero que les aseguraba tener una vida como cualquier universitario y que se comportaba como cualquier otro. “Lo consideraba casi como un hermano. Para Érika y para mí era una persona más de la familia”, señaló Xiomara Torres.

Hace 10 años Cuper Díaz salió para Lebrija e invitó a su grupo de amigos, entre los que estaban el profesor Carlo Camilo Galvis y las estudiantes Erika, Xiomara y Jaime Alexis Bueno, Diego Alejandro Ortega y Cristian David Leyva.

Según lo revelado, ni siquiera había pasado un día de estar juntos cuando en plena madrugada del 26 de septiembre del 2012, llegaron decenas de policías a la finca en la que se encontraban y los capturaron a todos.

A todos les imputaron el delito de fabricación, tráfico y porte de armas o explosivos y fueron señalados como miembros de las células guerrilleras. Poco después entendieron que en el sitio había suficiente material bélico para armar un desastre en Bucaramanga, capital santandereana.

Así descubrieron al policía infiltrado

Durante las audiencias preliminares, la Fiscalía indicó que una “fuente no formal” avisó que los estudiantes preparaban un enfrentamiento en la Universidad Industrial de Santander, por lo que los enviaron a la cárcel y señalados como un peligro para la sociedad. En ese momento descubrieron que la fuente anónima era Cuper Díaz. En junio de 2017 todos los estudiantes quedaron libres por vencimiento de términos.

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La Fiscalía no logró presentar las pruebas correspondientes para determinar cuál era la responsabilidad de cada uno. Además, el Juez llamó la atención del ente acusador por basar el caso en un testimonio de un policía infiltrado, que no tenía autorización de un juez para acechar en secreto a los estudiantes.

El ente acusador apeló la decisión y buscará que el Tribunal de Bucaramanga condene a los estudiantes a quienes todavía considera como miembros de las Juventudes M-19, que ya tienen los 30 años.

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