La vida del profesor de deportes Fabián Guillermo Sarmiento no volvió a ser la misma desde que se hospedó con su pareja, Deysy Yamile Riaño, de 42 años, en un glamping en Manta (Cundinamarca), el pasado sábado 9 de abril. Su novia murió y hasta hoy el docente no se recupera de las terribles secuelas que dejó el envenenamiento con gas en su cuerpo.
Su madre habló para el diario El Tiempo y contó que Fabián “salió recuperado, hablando, pero ha venido involucionado. No sé qué le pasa, los médicos no me explican y el dueño del glamping no responde por esta tragedia que nos ocasionó”, detalló.
Fabián alcanzó a durar uno ocho días relativamente bien, pero la familia tuvo que llevarlo a una cita con el neurólogo en la clínica El Lago, en donde lo han venido tratando. “El médico me dijo que posiblemente tenía una infección urinaria porque se quejaba mucho y por eso lo hospitalizaron otra vez a partir del 5 de mayo. Entró caminando y hablando, pero cuando me lo entregaron ya ni siquiera se movía”.
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Y lamentablemente después el profesor volvió a complicarse. “Tuve que ver cómo su cuerpo se comenzaba a poner rígido. No podía mover nada, su rostro, nada. Le dije a mi nieta que fuera y buscara al neurólogo y lo mandó a hospitalizar al otro día. Supuestamente nos iba a ayudar para que él tuviera asistencia en casa, fisioterapia, todo lo que necesita”, lamentó su mamá.
Actualmente el profesor solo puede mover la boca y se comunica con su madre moviendo los ojos. Tampoco controla sus esfínteres.
“No nos explican bien qué tiene, por qué retrocedió ni cómo va a quedar. Necesitamos además documentos que nos certifiquen cómo está él para poder proceder con ayudar. Los médicos a veces han sido muy duros conmigo, uno me dijo que él salía para pensión, que quedaba así para siempre, así, con esa frialdad”, denuncia la madre de la víctima.
En este momento, la madre solicita que siga hospitalizado porque en su casa no cuenta con una cama adecuada para atenderlo con su movilidad. Solo cuenta con una silla ruedas y ella se encuentra sola viviendo en un segundo piso, por lo que tenerlo en casa con su condición de salud no es una opción. La familia del profesor pide que los propietarios del glamping respondan por lo ocurrido.