Desde la pandemia, el espacio es casi uno con el individuo. El espacio cambió la forma de trabajar, vivir, de incluso desenvolverse en medio del ocio. Camilo Herrera, presidente de Raddar, la mayor consultora de consumo, mostraba que en Colombia si bien la gente buscaba salir, también tenía la disyuntiva de hacer su propio espacio de vida, herencia de esos años de confinamiento. Entretenimiento, descanso, trabajo: el hogar es sin duda ya parte de la vida y de la expresión del individuo.
Es por eso que pensando en cómo se podría reflejar un ejercicio estético en un espacio, Fashion Group Colombia, en el marco de la feria para textiles del hogar, Heimtextil, mostró el trabajo textil de Nicolás Riveros, de la marca A New Cross, quien ha trabajado con varias comunidades colombianas y con Andrea Landa, quien ha hecho del cuero su materia prima, en el 902 showroom, un lugar que precisamente muestra el impacto de una pieza en un espacio hecho para las mismas.
“La idea fue que la moda se nutriese de otros espacios y mostrar cómo en el espacio el diseño debe ser el protagonista. Entonces, ahí entra 902. Así entramos a ver el trabajo de Nicolás y Andrea. Y al final, ambos se comunican muy bien a nivel de arte y conceptualización”, le explica a Nueva Mujer Colombia Catherine Villota, directora de Fashion Group Colombia.
“Creo que el reto principal de los espacios es que así como habitas el cuerpo, habitas los espacios. Y el textil en esta exposición te permite ver que esas piezas también visten esas paredes, estas dimensiones que están fuera del cuerpo. Entonces, me parece que también podemos hablar de vestir los espacios” expresa.
Nueva Mujer Colombia también entrevistó a ambos diseñadores sobre su proceso creativo para vestir espacios.
Nicolas Riveros ( A New Cross)
¿Cómo fue trasladar esta experiencia de la técnica textil y artesanal hacia el arte y el espacio?
Este proceso lleva un poco más de una década. Yo con A New Cross llevo trabajando 13 años y llevo 20 años haciendo ropa. Así que la intención que hay detrás de la marca, desde un inicio, siempre fue el arte. Y siempre ha habido una inquietud acerca de los plásticos, siempre ha habido una inquietud acerca de lo escultórico. Y sobre todo, cuando yo voy a trabajar con artesanos a diferentes comunidades, nunca voy con una idea preconcebida.
Todas estas piezas que se ven acá no tuvieron un boceto previo, sino que fueron saliendo. Y creo que a veces el artista ni siquiera es consciente de las cosas que hace. Esto, porque son muy caprichosas y se manifiestan de una manera que nos trasciende a nosotros mismos.
A su vez , yo siempre he estado fascinado cuando voy a un territorio, entiendo el contexto y ese mismo contexto me habla. Y, por medio de ese diálogo que tengo con el contexto y con los artesanos, surgen este tipo de piezas que son experimentaciones textiles. Asimismo, es parte de mi expresión y de la expresión de los artesanos con los cuales trabajo.
¿Cuál es la intencionalidad con la creación de estas piezas?
Deseo que las piezas se vuelvan como algo que la gente quiere incorporar en su espacio, que es tan íntimo. Siempre he pensado que el arte es una compañía silenciosa :hay algo muy bonito de eso, es entender en el espíritu de la época nuestros items.
Esto, porque generalmente nosotros tenemos muchísimos objetos que no tienen ninguna relación con quienes somos nosotros como individuos, y creo que el arte hace de alguna manera una excusa para poder cuestionarnos más y entender qué objetos realmente queremos invitar a nuestra cotidianidad.
Cuando nos levantamos, queremos mirar una obra que nos inspira, que nos inquieta, que nos mueve por dentro. Esto es lo que yo busco con estas piezas, que la gente realmente las sienta, quienes resuenen con ellas claramente. Y quienes sientan un poco ese mensaje o esa visceralidad que hay detrás de estas piezas y puedan entrar en diálogo con ellas.
De esta manera, siento que tienen sentido en una casa, en un hogar.
¿Cómo hizo uso de las técnicas mostradas con la moda en estas piezas?
Acá hay técnicas de muchas regiones de Colombia : desde el fieltro, que lo he estado trabajando con una artesana en Tenjo, hasta las piezas de telar que las he trabajado con un artesano de Cucunubá, esta parte de calados que se hace en Anserma Nuevo.
Entonces también hay unos recorridos alrededor del territorio colombiano en los cuales se pueden entrar a dialogar diferentes manos y sobre todo, es tejer a la distancia un ejercicio que me parece muy bello y muy poético.
¿Por qué es tan importante el textil en el espacio?
El textil es en sí un gran contenedor de memoria y creo que hay algo muy bonito detrás de eso, porque este no solamente nos resguarda como esa primera capa casi arquitectónica, sino que además comunica en gran medida quienes somos como individuos y cómo nos relacionamos con la textura del territorio que habitamos.
¿Cómo concilia su visión con la del maestro artesano en las piezas?
No suelo trabajar con artesanos cuya cosmogonía resuena directamente con su quehacer. Por ejemplo, en estas piezas, siempre ven un resultado completamente nuevo, tanto para mí como para el artesano. Se llega por medio de una colaboración, de un diálogo, a una experimentación nueva para ambos. Entonces, yo celebro mucho, sobre todo, lo que las manos pueden hacer.
Andrea Landa
¿Cómo deconstruir el cuero para vestir un espacio?
Todas las piezas que están acá fueron hechas en diferentes momentos por diferentes razones Entonces, vemos diferentes técnicas: tenemos unas de corte a mano,después de corte manual, tenemos unas esterilladas, digamos que organizadamente. Nosotros, con el cuero lo que hacemos es es alivianarlo, darle luz y darle movimiento.
Y así, crear con unos tejidos que nos dan muchísimas posibilidades y trabajarlos como si fuera el barro, como si fuera unas esculturas. Así, vamos llenando espacios, vamos mirando dónde cruzamos, dónde entornillamos, dónde dejamos suelto. Y, de esta manera, vamos construyendo una propia pieza que cobra vida por sí sola y que al final podría tener muchas posibilidades.
¿Cómo es la conceptualización?
Creo que es algo que vamos descubriendo en el proceso, porque nunca sabemos cómo va a terminar.