Emerald Fennell, la cineasta ganadora del premio Oscar, presentó semanas atrás, bajo un formato nostálgico, la película ‘Saltburn’ una perversa historia de privilegios y deseos que al coincidir desatan algunos de los pecados capitales.
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‘Saltburn’ cuenta la historia de Oliver Quick, interpretado por el actor Barry Keoghan que presenta un personaje sin ningún tipo de límite moral y que se hace perversamente magnético al espectador, quien es un estudiante de la Universidad de Oxford, que se obsesiona fuertemente con su compañero Felix Catton, que interpreta Jacob Elordi, un joven lleno de clase, rico y carismático.
Oliver lucha por encontrar su lugar en el recinto universitario y en medio del camino se ve arrastrado al mundo del encantador y aristocrático Felix Catton, quien lo invita a, la extensa propiedad de su excéntrica familia que da el nombre a la película, para pasar unos días inolvidables ante la tragedia que presuntamente vive.
La película tiene un mensaje sobre lo que es el privilegio y el deseo, además que explora los temas de la identidad, la clase, la sexualidad, los fetiches y en especial la manipulación que da paso a unos giros inesperados que encienden la pantalla.
La cereza del pastel son las perversiones del personaje principal que por minutos que le da las bases a la trama, más un desnudo natural de más de un minuto que ofrece Barry Keoghan bajo la canción ‘Murder On The Dancefloor’ de Sophie Ellis-Bextor, que ha sido aplaudido y cuestionado en las redes sociales.
‘Saltburn’ ha recibido críticas generalmente positivas, que han elogiado el guion, la dirección, la actuación y la atmósfera de la película. Y además se ha alzado con dos nominaciones a los Globos de Oro en la categoría de “Mejor Actor” para Barry Keoghan y a la “Mejor Actriz De Reparto” para Rosamund Pike.