‘La Liendra’ le mostró a sus seguidores que está empezando a asistir a misa con más frecuencia para acercarse más a su religión, en especial gracias a su novia que suele mostrarse muy interesada en que él la acompañe. Pero también dejó ver que más allá del aspecto religioso hay otro detalle que lo motiva a asistir cada domingo.
El influencer ha estado muy activo en las redes sociales durante estos primeros meses del año, dejando ver lo ocupado que se mantiene con sus transmisiones en Twitch, publicando con más frecuencia videos de comedia en su perfil de Instagram, además de haber organizado un torneo de videojuegos con fines benéficos.
Puede leer: ‘La Liendra’ contó cómo él y Yeferson Cossio hicieron una estafa en Catar
Pero además de enfocarse en todos estos detalles de su vida como influencer, ‘La Liendra’ también suele darle a sus seguidores un vistazo sobre su jornada diaria. Y en esta oportunidad aprovechó para hacerles saber que está asistiendo a misa junto a su novia, la maquilladora e influencer Dani Duke.
Sin embargo, a través de un video publicado en sus historias le informó a sus seguidores que si bien recibe con buen espíritu el sermón de los domingos, hay otra motivación que lo invita a ir al templo, una que se manifiesta en la salida: una venta de empanadas.
Lea también: “Son rebeldes”: ‘La Liendra’ se burló de RBD por los precios de las entradas de su concierto en Colombia
“Lo mejor de esta iglesia es que afuera tienen empanaditas, tienen buñuelos, entonces es una motivación más para venir”, confesó ‘La Liendra’ mientras estaba saliendo del templo. “Sí me gusta el final, el final es una de mis partes favoritas. El comienzo me gusta, el medio también, pero el final tiene su toque de masa, su toque de carnita”.
Sin embargo, el joven se quejó de la larga fila que se forma para comprar empanadas una vez que termina la misa, por lo que le proposo a Dani Duke una solución para evitar este percance: “yo le digo a mi novia que salgamos de primeritos”.
En otra historia, los dos influencers aparecen comiendo empanadas mientras van de camino a la salida de la iglesia, dándoles el apodo de “bendecidas” porque se compran justo al salir del lugar.