Liverpool hizo la tarea, venció 2-0 a Villarreal en el juego de ida de las semifinales del torneo de clubes más importante del mundo y quedó a un paso de meterse a la disputa por el título, lo que sería la primera final del colombiano Luis Díaz en esta competencia.
Villarreal aguantó al entretiempo
El Villarreal aguantó el 0-0 al descanso ante un Liverpool que lo intentó de todas las maneras posibles, con un palo de Thiago Alcántara incluido, pero no pudo perforar la puerta de Rulli.
El equipo de Jürgen Klopp tuvo la posesión y las ocasiones, en una primera parte completamente desnivelada, en la que la afición local terminó desesperada con las pérdidas de tiempo de Rulli.
Las mejores del ‘Pool’ las tuvieron Sadio Mané, con un disparo desde la frontal que tocó en Raúl Albiol antes de marcharse junto a un poste, Mohamed Salah, con dos remates claros que se le marcharon alto, y, sobre todo, Thiago, con un zapatazo a un palo al borde del descanso.
El complemento vino con los goles
El aguante del conjunto español se desmoronó en el arranque del segundo tiempo y apenas en 10 minutos encajaron los dos tantos que desequilibraron el encuentro.
Lo que no pudo gestar por cuenta propia Liverpool, lo encontró por un gol en propia puerta del ecuatoriano Pervis Estupiñán que le metió su zapato a un centro que cambió de dirección y se fue al fondo de su propio arco. Atento estaba al segundo palo para empujarla Lucho Díaz por si no entraba, pero no hubo necesidad de ello, la redonda se posó entre las piolas (53′).
Con la resistencia vencida, todo se desmoronó un par de minutos después (55′) para el Submarino Amarillo que vio cómo se combinaban los de siempre, Mohamed Salah y Sadio Mané, con una asistencia fina del egipcio para que el senegalés cobrara el 2-0 definitivo.
Lucho hizo de las suyas
Si bien no fue la mejor de sus presentaciones, el guajiro demostró que es picardía, desequilibrio, presión, anticipo e insistencia en un solo jugador.
Lucho lo intentó por partida doble con remates a su estilo, después de gambetear hacia el centro, pero en ambas ocasiones encontró bien ubicado al portero rival, Gerónimo Rulli, que le ahogó el grito de gol. También lo intentó con un tímido cabezazo dentro del área, pero le salió a las manos del guardameta.
Sobre el final probó con dos nuevos remates que en esas oportunidades salieron desviados. Díaz lo buscó por aquí, por allá, pero en esta ocasión la fortuna no le sonrió, pero sí aportó su desequilibrio a su equipo que se ilusiona con la gran final.
El próximo martes será el juego de vuelta entre estos dos equipos, en el estadio de la Cerámica, para conocer al primer finalista de la competencia que esperará por Manchester City o Real Madrid.
Con EFE