Así pareciera que funciona todo en la Fedefútbol. En medio de lo que supone el viaje de la Selección Colombia que hoy tendrá que disputar un duelo durísimo ante Chile -que viene de perder pero que jugó un segundo tiempo contra Uruguay como para ganar- siguen los papelones, sigue demostrándose que los que están arriba son desastrosos.
Que entraron 10 personas nada más, que de golpe hubo alguien famoso entre las tribunas, que también habría estado un hombre influyente del gobierno… El comunicado de prensa que llegó desde la Federación es claro en torno a que sí hubo público en un par de lugares del estadio. Termina siendo llamativo que aunque el Ministerio de Salud prohibió el ingreso de gente al Metropolitano, después de que la alcaldía de la ciudad propusiera que hubiera un ingreso de al menos cinco mil personas pensando en este juego, igual la literalidad de la norma terminó siendo desconocida. No entraron cinco mil, de acuerdo, pero sí entró gente. Diez, uno. No importa. Entraron a un partido que iba sin público.
¿Habría comunicado de prensa si Hansel Vásquez no toma la fotografía que revelaba presencia de espectadores en los palcos? ¿Habría explicaciones si no se hubieran filtrado videos de los invitados?
¿No se pudo haber evitado el asunto por una cuestión de sentido común? ¿No habría una comprensión entre las partes -Federación y sponsors para comprender que no, que es mejor acatar a rajatabla la norma y pensar en el bienestar de todos, incluso de ellos mismos?
Es lo lógico. Es pensar en uno y en los demás. Es preferir no estar en un evento de estos por pura prudencia, ya que hasta ahora se está viendo cómo es que funciona el regreso a la actividad y porque de hecho NO estaba permitido, como lo explicó el secretario de gobierno de Barranquilla Clemente Fajardo un par de días antes del duelo y quien en su enumeración de personas autorizadas a observar el partido no incluyó puestos de sponsors. ¿Quién autorizó el ingreso de esas personas?
Un papelón todo. Lo que los futbolistas hacen bien en el campo termina siendo opacado por esa clase de burradas.