Desde hace varios días hemos visto cómo las grandes investigaciones y revelaciones en el país han salido a flote gracias al trabajo juicioso y riguroso de varias personas que se han tomado la dedicación de hacer la verdadera misión del periodismo.
Pero han generado bastantes dudas las actuaciones, posturas y hasta conductas de varios que dicen ser los pilares de un periodismo colombiano, muchos que prostituyen los micrófonos, que los usan como fusiles para disparar opiniones que son más letales que las balas, disparar a mansalva para defender sus intereses políticos, electoreros y por hacerle el favor a cuantos políticos presos quieren en su llavero de amigos.
El caso de Luis Carlos Vélez, un periodista que perdió su ética, perdió los fundamentos claros de esta carrera y dejó ver su lado más inverosímil, politiquero, sesgado, periodismo de cloaca, de ese que dan ganas de vomitar, poco serio, nada imparcial, camandulero y lagarto; así podría describirse la emisora que perdió seriedad y credibilidad por defender a su político de devoción. Lastima, allí hay buenos periodistas como Azury Chamah y Santiago Ángel, aunque el último debe mesurar el dejarse llevar por sus sentimientos o quizá por caerle bien a su jefe.
Lo anterior es un gran ejemplo de cómo algunos periodistas dejan de ser periodistas y se transforman en activistas políticos, y es un claro ejemplo de lo que no se debe hacer, así estén en medios de comunicación donde debería predominar los pilares fundamentales del periodismo.
El caso de Julio Sánchez Cristo, no es algo fácil de digerir, de explicar (ya sé, ya sé que me dirán que lo voy a defender, así como me sacan en cara la amistad con Vicky Dávila), pero en medio está el papel del periodista y su fuente, las conversaciones que pueda uno tener con ciertos personajes, sean buenos, malos, de derecha, de izquierda, de Gobierno, de oposición, en fin; en el trabajo periodístico uno habla con tanta gente, que es inexplicable decir cuántas llamadas tuve durante mi etapa en los medios de comunicación.
Una de esas famosas charlas que tuve fue con el controller de la Ruta del Sol, una llamada bastó para interesarme en el caso, meses después salgo yo de la cadena de radio donde trabajaba en ese entonces, el diálogo quedó suspendido, pero años después retomo esas conversaciones para un debate de Odebrecht, conversaciones e información que terminó en un atentado a mi padre, para que yo me quedara callado (atentado que no ha sido aún investigado).
En el ejercicio periodístico la relación entre fuente y periodista es de profunda reserva, creo que en eso quizá fallo la Corte, violando la confidencialidad de ese pilar tan grande como es la reserva, pero también es una forma de señalar, que en el periodismo no todo vale, hay límites quizá para poder realizar la labor.
Escuché con detenimiento las explicaciones de Sánchez Cristo en la W, donde respondía al abogado Miguel Ángel del Río, el funcionamiento de la información en dicha emisora, Sánchez se limitó a señalar la relación con Cadena es netamente de fuente y periodista y luego de recibir la información, cómo era el trato al interior, editores, periodistas, investigadores, etc. Por ese lado no hay nada de malo, es la forma adecuada en cómo se debe manejar la información, buscando los dos lados de la moneda, las dos partes dentro del proceso y, con eso, poder llevar información equilibrada a los oyentes, que a fin de cuentas es la razón de ser.
Pero al leer más allá el fallo de la Corte en el caso de Uribe Vélez, si deja ver una cercanía entre Sánchez Cristo y el abogado Diego Cadena. Puede que por los años esa relación de fuente y periodista pasó más al plano de amistad, los términos, saludos, formas de hablar dejan ver esa cercanía (puede que sea una verdadera amistad, o pueda que sea una amistad por conveniencia).
Ahora bien, si nos ponemos a observar, a revisar canal por canal, dial por dial, pagina por pagina y redes por redes, vemos que son muy pocos los periodistas que en verdad cumplen su verdadero papel, entre ellos destaco a Yolanda Ruíz de RCN Radio, Ricardo Ospina de Blu Radio, Darío Fernando Patiño, Luis Enrique Rodríguez (El Profe), Iván Serrano de Noticias UNO, Lucas Pombo de La W, Julián Martínez, Johanna Fuentes, Alejandro Pino director de este medio, quien ha logrado transformar y llevar un buen periodismo, pero sobre todo, tantos y muchos periodistas en las regiones que hacen un impecable trabajo, pero que no son reconocidos.
Ahora me dirán que lo digo por que muchos de ellos son de mis afectos, o por que no le dan duro a quien represento o para quién trabajo, no, lo que digo lo hago con plena convicción de alguien que ha trabajado en los medios, que conoce cómo se mueven a diario, cómo se maneja la información y cómo es la relación con las fuentes.
Ahora que estoy fuera de ellos y que mi relación es de fuente a periodista, de jefe de prensa a comunicador, y que quizá la forma de estar cerca sea por esta columna en este medio, me deja la ventana abierta para poder sacar esta reflexión frente al periodismo de hoy, al periodismo que nos venden para el consumo y quizá de la falta de rigurosidad, imparcialidad, objetividad y veracidad.
Creo que es importante hacer un alto en el camino en los medios de comunicación, cuestionarnos si estamos haciendo bien la labor del periodismo con toda la responsabilidad que conlleva la profesión y hacer los reparos que se deban hacer. La relación entre el periodista y la fuente debe seguir predominando en el secreto profesional, en la reserva del sumario, eso es vital para que la labor del periodista sea completa.
Recomiendo leer el libro de Yolanda Ruíz; “En el filo de la navaja” nos ayuda a comprender en realidad si la labor del periodista se cumple con ética, responsabilidad y compromiso, creo que debería ser un decálogo para las nuevas generaciones de periodistas en el país.
Y cierro con una frase de Yolanda que jamás se me olvidará en los años de trabajo a su lado: “Es mejor estar chiveado, que rectificado”.
@AndresCamiloHR.
PDT. Me queda en el tintero muchos y muchas periodistas, que vendieron su dignidad, a un partido político, a un fiscal o por salvar los negocios de sus espos@s.