Columnas

Los Paras no paran

En horas de la mañana del 26 de enero de 2020, en el corregimiento de Plan Parejo, perteneciente al municipio de San Onofre, fue asesinado Nelson Stand Berrío, exdiputado del departamento de Sucre y quien fue uno de los primeros condenados por parapolítica.

Stand había confesado ser una de las personas que llevaron a “Jorge 40” al departamento de Sucre después de la desaparición de Rodrigo Cadena; así mismo, confesó que logró su curul en la asamblea departamental gracias al apoyo que recibió del “Bloque Héroes Montes de María” y su mentor fue el también condenado por parapolítica en el año 2010, el entonces senador Álvaro García, conocido como “el gordo García”.

El Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE) publicó en el año 2010 un informe titulado: “Desplazamiento forzado y legalización del despojo en San Onofre”; Stand es referenciado como uno de los principales artífices del desplazamiento y el despojo de tierras en San Onofre.

Mientras este sujeto estaba pagando su condena en la cárcel, tuvo la facilidad de salir a hacer campaña política, otro claro ejemplo del poder de la parapolítica en el departamento. Luego de quedar en libertad, siguió participando activamente en política, apoyando en el 2015 al candidato a la gobernación de Sucre, Edgar Martínez, quien logró ganar las elecciones contando con el respaldo político de sectores aliados al «gordo García».

En las pasadas elecciones locales, Nelson Stand respaldó al candidato del Partido Liberal, Teodulo José Cantillo Martínez, siendo elegido el pasado 27 de octubre de 2019 como el nuevo alcalde del municipio de San Onofre, ganándole al candidato respaldado por el clan Balseiro, Luis Guillermo Salaiman Gómez, quien fue avalado por el partido conservador.

El desarrollo político del municipio de San Onofre poco ha cambiado desde de desmovilización de las AUC, pues el abandono estatal ha conllevado a una profunda crisis social, lo que también ha permitido que las estructuras del narcotráfico nunca hayan desaparecido de la zona; si bien es cierto existieron capturas, inhabilidades y destituciones de funcionarios, esto jamás logró desarticular la estructura política aliada al narcotráfico y paramilitarismo.

San Onofre, por su ubicación estratégica, siguió siendo el epicentro del narcotráfico en el golfo de Morrosquillo. Toneladas de cocaína salen anualmente del municipio costero con destino a países de Centroamérica y EE.UU. En la actualidad, las denominadas Autodefensas Gaitanistas De Colombia- AGC (Clan Del Golfo, para las autoridades) son quienes ejercen el control territorial y social en varias zonas rurales del municipio de San Onofre.

Debido a la fuerte presencia y al fortalecimiento de este grupo irregular en el municipio, además del fuerte control social que empezó a ejercer, la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana (AT-061 de 2018) que advertía los diversos riesgos y exhortaba a las instituciones del estado a adoptar medidas de prevención y protección para las comunidades. Pese a este informe de riesgo y a las denuncias que presentamos sobre las sistemáticas vulneraciones y violaciones de derechos humanos en el territorio, las instituciones hicieron caso omiso a las advertencias, lo que conllevó a la materialización de los riesgos advertidos.

El 2019 fue un año difícil para las comunidades de San Onofre y el 2020 no parece ser diferente, los grupos han fortalecido su presencia en la zona rural del municipio. En el corregimiento de Plan Parejo donde se presentó el homicidio del Ex diputado Nelson Stand, las comunidades han manifestado su preocupación porque este territorio se ha convertido en epicentro de grupos armados, tomando control de las Brisas, Alto de Julio, Chihiman, entre otros territorios, donde la presencia de la fuerza pública es limitada por no decir nula.

Pese a las denuncias que presentamos en el año 2019, donde señalábamos con preocupación los presuntos vínculos entre la administración local y los grupos armados irregulares, no parece existir un avance, peor aún, se sigue agudizando la problemática, las comunidades se muestran más preocupadas y con mayor desconfianza con las autoridades y fuerza pública.

Por consiguiente, la problemática persiste, evidenciando que siguen vigentes los vínculos de políticos y candidatos con sectores relacionados o aliados al narcotráfico y al paramilitarismo. Razón por la cual es comprensible la desconfianza de las comunidades, que son testigos de una contienda electoral que refleja el deterioro de su clase política. Y mientras todo esto pasa, seguirán asesinando a líderes sociales en la región, pero el Gobierno es cómplice al no tomar las acciones de protección necesarias para ellos .

Twitter: @andrescamilohr con la colaboración investigativa de @rodrigoDDHH

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