Científicos del Instituto Pasteur de París estuvieron recogiendo muestras de murciélago en una región que forma parte de un inmenso relieve kárstico, con formaciones geológicas calcáreas, ideales para albergar a colonias de estos animales, que se extiende desde Laos hasta el norte de Vietnam y el sur de China. Científicos hallan una cepa muy similar a la de Covid-19 en otra especie de murciélagos.
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«Laos comparte ese territorio común con el sur de China, lleno de cavernas donde viven los murciélagos, por eso decidimos explorar por ese lado», explica Marc Eloit, responsable del laboratorio especializado en el descubrimiento de nuevos patógenos en el Instituto Pasteur de París.
Estos anunciaron que en una expedición realizada entre 2020 y 2021 habían descubierto en murciélagos del norte de Laos una cepa de virus muy parecida a la del SARS-CoV‑2 que originó el COVID-19.
Es un estudio que aún no ha sido evaluado de forma independiente por otros investigadores, antes de ser publicado en una revista científica, como sucede habitualmente.
Tras análisis de las diversas muestras recogidas, y gracias a datos coincidentes, «sospechamos que algunos murciélagos insectívoros podrían albergar el virus».
Los investigadores hallaron que las secuencias de los virus en los murciélagos son casi idénticas a las del SARS-CoV-2 (el nombre científico del virus del COVID-19).
Y además demostraron que son capaces de contaminar células humanas.
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Sin embargo, los virus analizados carecían de lo que se conoce como «sitio de clivaje de la furina», una función presente en el SARS-CoV-2, que activa la proteína Spike.
Esa proteína es la que permite al virus mejorar su poder de penetración en las células humanas, y por ello, es la clave del poder patógeno del virus que se ha propagado por todo el planeta.
«Quizás un virus no patógeno circuló primero entre los seres humanos antes de mutar. O quizás un virus muy cercano de los virus identificados posee este sitio de clivaje, y aún no lo hemos hallado.», sugiere este experto.
La otra pregunta que desvela a los científicos es como el virus fue a parar a Wuhan, una ciudad que se halla a 2.000 km más al norte. Por ahora no hay respuesta clara a este interrogante.
Su principal conclusión sería que existen virus muy cercanos al SARS-CoV-2 en los murciélagos, capaces de infectar al hombre sin animal intermediario, como el pangolín.
A finales de agosto, un grupo de expertos a los que la Organización Mundial de la Salud (OMS) encargó un informe sobre el origen del COVID-19 advirtieron que las pesquisas se hallaban en un «punto muerto».
Las conclusiones de esa investigación están disponibles desde este miércoles en la plataforma científica «Research Square», en libre acceso.