“Estamos en el humedal de Tibabuyes, este cerramiento esconde la matanza del humedal que está haciendo Enrique Peñalosa; le están metiendo toneladas de cemento, todo esto ha venido afectando la flora, la fauna de este humedal”, fueron algunas de las palabras que dijo Claudia López a las afueras del humedal Tibabuyes cuando estaba en campaña, en el 2019.
En dicha ocasión, y muchas otras antes de la elección, aseguró que defendería a capa y espada estos ecosistemas. Por eso, quienes defienden al Juan Amarillo o Tibabuyes- ubicado en el noroccidente de Bogotá entre Suba y Engativá- están sacando a flote a estas palabras. No quieren que se olvide la cachetada que esta Administración ha dado a sus promesas.
La pelea de la comunidad para que no sigan ahogando en cemento el humedal Tibabuyes
A raíz “de la falta de voluntad política”, dada la continuidad del proyecto, en la zona se instaló un campamento ciudadano hace casi nueve meses.
No obstante, el lunes autoridades pidieron que se adelantara un operativo de restitución de obra pública y desalojo, el cual terminó en crudos enfrentamientos entre manifestantes y fuerza pública.
Las denuncias vienen de parte y parte. Dicen que un gato murió producto de los gases del Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad); también que hubo abuso de autoridad e incluso detenciones ilegales, como la de Luz Miriam Cruz, líder ambiental y defensora del Tibabuyes que hace parte de la comunidad muisca.
De otro modo, y en uno de los hechos más rechazados, un bus nuevo del Sitp fue incinerado. Al respecto, el Brigadier General Eliecer Camacho Jiménez, comandante Policía Metropolitana de Bogotá, dio a conocer un cartel en el que se evidencian imágenes de seis jóvenes señalados de cometer este acto vandálico. En esa medida, la Institución está ofreciendo hasta $20 millones por información que permita identificarlos.
De modo contrario, hay quienes denuncian que la Policía está involucrada en estos hechos violentos. “Hay que aclarar que la comunidad no está involucrada en la quema del bus. Tenemos videos que se pueden revisar en la página de Facebook SOS Humedal Tibabuyes, donde se puede determinar que en el momento previo a incendiarse el bus, el Esmad tenía acordonado el lugar; se ve como segundos antes del incendio están personas del Esmad rodeando el bus. La verdad lo que esperamos es nuestra recompensa por determinar quien fue el que hizo estos hechos vandálicos. Responsabilizamos directamente al Esmad. Esperamos si es posible poner la denuncia penal por estos actos de terrorismo, ya que es el modus operandi de este Escuadrón”, señaló a PUBLIMETRO uno de los ciudadanos, de profesión abogado, que ha acompañado el campamento asesorando a la comunidad.
La pelea de la comunidad para que no sigan ahogando en cemento el humedal Tibabuyes
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (Eaab), entidad que lidera el proyecto, se pronunció luego de la polémica desatada tras los enfrentamientos en el Tibabuyes.
Según la comunicación, estas obras se iniciaron en 2018, en la anterior Administración. No obstante, la actual Alcaldía ha venido realizando ajustes en la obra desde febrero del 2020, “disminuyendo el endurecimiento pasando de 1,8% al 1,7% (38.961 m2), porcentajes por debajo de lo permitido por el Plan de Manejo Ambiental del Humedal de 6,3% (140.364m2)”.
Actualmente, este proyecto cuenta con un avance del 78%. En esa medida, la Eaab destaca que “para garantizar la inversión de los recursos públicos ya ejecutados y la protección del ecosistema se requiere la pronta terminación de las obras”.
Una vez estén culminadas, la ciudad contará con millones de metros cuadrados de espacio público y 2726 árboles que se plantarán como parte del reverdecimiento. Los planes que vienen desde Peñalosa también contemplan aulas ambientales, miradores y canchas mixtas (estas últimas por fuera del humedal). Lo anterior, además del enorme puente que lo atravesará.
Respecto al campamento ciudadano, la Eaab asegura que la ocupación “ha provocado deterioro e inestabilidad de las obras construidas, se han presentado actos de vandalismo, hurto y daño de maquinaria y de insumos de construcción, unido a situaciones de violencia contra los contratistas”. Dichas situaciones ya fueron puestas en conocimiento de la Fiscalía.
Por el contrario, manifestantes aseguran a este medio que en dicho campamento se han realizado ejercicios de “recuperación y educación ambiental”. Afirman que allí seguirán hasta que se cesen las obras.