El Gobierno colombiano puso este lunes en discusión pública un proyecto de decreto con el que busca reanudar la aspersión aérea de cultivos ilícitos en 2020, iniciativa que considera importante para reducir el número de hectáreas cultivada con coca.
«Para el Gobierno es importante contar con todas las herramientas» para combatir las siembras de coca, dijo a Efe la ministra de Justicia, Margarita Cabello Blanco, al referirse a la posibilidad de volver a utilizar la aspersión aérea con el herbicida glifosato.
En ese documento se desarrolla «el control de los riesgos para la salud y el medio ambiente en el marco de la erradicación de cultivos ilícitos mediante el método de aspersión aérea», dijo la funcionaria.
El pasado 2 de agosto, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc) divulgó un informe según el cual los cultivos de coca se redujeron ligeramente en Colombia en 2018 al pasar de 171.000 hectáreas a 169.000, pero siguen en sus cifras más altas desde que comenzaron las mediciones.
Desde 2013 el área sembrada de coca fue en constante crecimiento en Colombia, según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), hasta el punto de que la Casa Blanca dijo que en 2017 alcanzó un récord de 209.000 hectáreas cultivadas.
HOJA DE RUTA
Las fumigaciones a las plantaciones de coca fueron suspendidas en 2015, durante la presidencia de Juan Manuel Santos, al acatar una sentencia de la Corte Constitucional basada en el argumento de que el herbicida puede ser cancerígeno y causar daño al medio ambiente.
Posteriormente, en 2017, el alto tribunal suspendió la fumigación aérea de cultivos ilícitos pero dejó abierta la posibilidad de volver a autorizar el glifosato en la lucha antidrogas si el Gobierno cumplía seis exigencias sanitarias ambientales.
La ministra Cabello explicó que la radicación del documento se hizo para «comentarios de la ciudadanía» y que «la publicación para comentarios del decreto no implica una reactivación automática de las actividades de aspersión».
El documento señala que el seguimiento de los efectos ambientales será responsabilidad de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), en tanto que el Instituto Nacional de Salud (INS) responderá por temas relacionados con la salud.
«El presidente Duque desde que se posesionó está empeñado en hacer una política integral contra el narcotráfico conocida como ‘Ruta Futuro’, que es una política íntegra que ataca y enfrenta todos los eslabones de la cadena del narcotráfico», explicó la jefa de la cartera de Justicia.
HERRAMIENTA COMPLEMENTARIA
Cabello enfatizó que el «proyecto de decreto que regula el control de los riesgos para la salud y el medio ambiente fue lo que presentamos hoy y lo colgamos en la página del Ministerio».
El documento estará disponible hasta el próximo 30 de enero para que cualquier persona o entidad lo estudie y haga comentarios, y luego el Ministerio de Justicia evaluará «si hay camino para modificar el decreto o no y luego se firmaría».
«La reanudación de la aspersión aérea, como una herramienta complementaria de la estrategia integral para la reducción de los cultivos ilícitos y de la producción de drogas, será definida por el Consejo Nacional de Estupefacientes una vez se desarrolle la reglamentación que propone el proyecto de decreto», detalló Cabello.
La iniciativa, agregó la funcionaria, también tiene definidos los caminos para la presentación de quejas de quienes puedan resultar afectados con la aspersión al igual que los mecanismos para solucionar «posibles daños que se puedan presentar».
«Eso va a ayudar mucho a dar tranquilidad al país, para evitar riesgos a la salud y al medio ambiente», apostilló.
NO SOLO GLIFOSATO Y ASPERSIÓN
Para el Gobierno colombiano el poder tener una herramienta más eficaz para combatir los cultivos de coca no implica que solamente vaya a utilizar la fumigación con glifosato o con otro herbicida.
«La aspersión aérea es importante porque ayuda junto a la erradicación manual y otros mecanismos a que avancemos más rápidamente a lograr la meta que pide el Gobierno que es que para el 2022 hayamos disminuido en un 50 % las siembras de coca en el país», aclaró la ministra.
Además, dijo, «lo que tratamos de hacer ver a la comunidad y al país es que más daño hace dejar que sigan aumentando los cultivos de coca en el país que la aspersión aérea con glifosato o con cualquier herbicida».
Y es que para el Gobierno, el narcotráfico genera daño desde todo punto de vista porque afecta a las comunidades, genera inseguridad, es motor de negocios ilícitos, causa deforestación y desplazamientos de campesinos.