La tecnología está matando al retail, al que le ha tocado reinventarse. Pero más allá del asunto económico, Internet y su inmediatez nos han dado otra cosa: verlo ahora y conseguirlo ahora. Todo. De inmediato (aunque tarde dos meses en llegar desde china y sea totalmente diferente a lo que pediste). Y de paso, bombardearnos con productos para que sigamos consumiendo. De hecho, las ventas de comercio online van a crecieron a nivel global, según Statista, a 669 mil millones de dólares para enero de 2019.
Y es que comprar se ha vuelto fácil. Comida, entretenimiento, moda, celulares. Se ha hecho una experiencia en la que hay una cercanía con el consumidor y en el que puede crear estilos de vida y también se ha hecho parte de la nuestra. “Desarrollamos una plataforma amigable y segura en donde tenemos varias ventajas para los clientes. Un programa de compra protegida, envío gratis, con riesgo mínimo. Ampliamos los medios de pago. Tenemos marcas reconocidas, así como programas de fidelización, con precios competitivos. Pero también, un proceso limpio para que el cliente tenga una experiencia impecable con nosotros”, dice a Metro Juan Camilo Pachón, gerente Marketplace de Mercado Libre, sobre el éxito de una de las comunidades de compra-venta online más grandes en Latinoamérica.
Sí, todo es más fácil para aquellos que están ocupados, o cuya experiencia en tienda no se compara a tenerlo todo a la distancia de un click. El problema es cuando la gente tiene otros problemas detrás y no se mide a la hora de comprar.
Compro, luego existo
Muchas personas, al contar con más facilidades de pago y con más posibilidades de acceder al crédito, tienen serios problemas a la hora de medirse para comprar. “Si una persona carece de autocontrol, lo ideal sería no exponerse a redes sociales, tener acompañamiento para controlar estas compulsiones. Cuando se compra de forma impulsiva, hay detrás una tendencia de baja autoestima, al mitigar esta falta de amor propio con adquisición de bienes. Pero para esto hay que vigilar qué cosas hay de fondo que exacerban esta compra”, explica a Metro la psicóloga Milena Ruiz.
Pero no hay que satanizar a la plataforma. El problema es cómo se compra y para qué: “Las nuevas tecnologías no te dan tiempo para reflexionar como antes, así que muchas veces la compra por Internet está relacionada con la compra por impulso. Y si bien la compra por impulso se genera muchas veces por gratificación emocional, también hay compras que nos ayudan a solucionar problemas, es decir, no toda es negativa. Lo que hay que preguntarse es qué hay detrás de esta compra y su frecuencia. Cómo se vuelve patológica, que es lo que vemos con acumuladores compulsivos (sin esto no triunfo, no valgo nada, no estoy bien). Detrás hay una necesidad, soledad, pérdida. Pero también hay otra cosa: el placer de adquirir cosas. Y en la sociedad se privilegia esto como sinónimo de éxito. Si bien hay una tendencia más consciente, esto sigue predominando, adquirir bienes como éxito, reforzamiento y reconocimiento social. Ahora, hay un problema cuando conecto los bienes con mi propia realización personal”, explica a Metro Carine Gómez, directora de Psicología Virtual en la Fundación Universitaria Área Andina.
“El otro gran problema de esta sociedad es que privilegiamos, ahora, la estética sobre otros elementos de nuestra humanidad”, concluye Gómez.
Y este es el gran problema: ¿nuestro bienestar vale meses de deudas?
Tres casos extremos de compras online
Comprando borrachos
¿Alcohol y compras? Para muchos, doble gratificación, pero sobre todo para el e-commerce. De hecho, según un estudio de The Hustle, hecho este año, los estadounidenses podían llegar a gastar anualmente 48 mil millones de dólares comprando en estado de ebriedad. Un 79% de encuestados entre 2000 adultos del estudio mostró que compraban cuando estaban en este estado.
Promisorios compradores
Isabella McNeill, de San Diego, EEUU, se dio cuenta muy tarde que su hija de 2 años compró un sofá de USD$430 en Amazon. La historia de esta californiana que luego optó por poner a la venta el mueble que llegó finalmente a su casa, fue la última de muchas compras virales de niños aprovechando un descuido de sus padres para jugar con su teléfono.
Adictos al web shopping
La adicción a las compras online ya es un problema real en Estados Unidos. Tanto así, que hay grupos de apoyo como para cualquier otra adicción. Debtors y Spenders Anonymous son algunos de ellos.
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