Reporteros Sin Fronteras (RSF), la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y la Federación Colombiana de Periodistas (Fecolper) denunciaron este martes que cinco comunicadores colombianos fueron amenazados por las investigaciones que realizan sobre cultivos ilícitos en el Cauca.
Así lo informaron en un comunicado conjunto, en el que señalaron que los amenazados son los periodistas Miguel Ángel Palta, de 90 Minutos; Fransua Martínez, de Blu Radio, y Eduardo Manzano, de Noticias Caracol, cuyos camarógrafos Arlex Piedrahita y Alexander Cárdenas «fueron declarados objetivo militar».
En la información se agregó que los comunicadores recibieron las amenazas en un mensaje que les llegó a sus teléfonos personales el pasado 1 de agosto y que están firmados por una disidencia de las FARC que se autodenomina «Comando Conjunto Occidental Sexto Frente».
Tres días después recibieron otro mensaje en el que los volvieron a amenazar de muerte y sentenciaron que «no están jugando».
Esto ocurrió luego de que esos periodistas cubrieran los cortes de energía que fueron propuestos por la Fiscalía para «combatir los cultivos ilícitos» en los municipios de Caloto, Corinto y Toribío, en el departamento del Cauca (suroeste).
La entidad detalló en un comunicado que identificó «32 puntos en 18 veredas (aldeas) del Cauca donde se realizarán los cortes de energía, y están dirigidos puntualmente a invernaderos de marihuana que hurtan la energía».
Los periodistas, según detallaron RSF, la FLIP y Fecolper, también «han registrado la presencia de los carteles mexicanos, aliados con las disidencias, entre los departamentos del Valle del Cauca y del Cauca».
«La siembra y tráfico de marihuana en estos territorios agudiza el conflicto con los grupos armados y los pobladores, tensión que puede derivar en el asesinato de varios indígenas», agregaron las organizaciones.
El domingo pasado, el indígena Enrique Guejia Meza fue asesinado en la vereda (aldea) de La Luz, en Toribío, y su caso se convirtió en el tercer homicidio de un líder social que ocurrió en esa región colombiana la semana pasada.
El homicidio de Guejia Meza se suma al del líder campesino José Eduardo Tumbó, quien fue asesinado el sábado por desconocidos en una zona rural del municipio de Corinto y había participado en las movilizaciones indígenas de marzo pasado.
El jueves también fue asesinado el guardia indígena Gersain Yatacue en una zona rural de Caloto.
Ante esta situación, RSF, la FLIP y Fecolper pidieron a la Fiscalía que investigue las amenazas contra los comunicadores y lleve a los culpables ante la Justicia, al tiempo que instaron a la Unidad Nacional de Protección (UNP) a que tome las medidas necesarias para garantizar la seguridad de los reporteros.
«Finalmente, hacemos un llamado al gobierno para que tome decisiones de manera urgente para frenar la violencia contra la prensa», concluyeron.
De igual forma, periodistas de la caribeña ciudad de Santa Marta han recibido amenazas a través de un panfleto en el que un grupo que se identifica como Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada los acusa de «desestabilizar la ciudad» por informar de enfrentamientos entre bandas criminales que se disputan el control del territorio.
«Les pedimos a los señores periodistas e investigadores manejar con cautela este tipo de declaraciones, ya que son ustedes mismos quienes generan intranquilidad en la ciudadanía al manifestar que se está disputando una guerra en la región», se lee en el panfleto.
El ministro de Defensa colombiano, Guillermo Botero, confirmó en el último mes que en las zonas rurales de Santa Marta hay una disputa entre el «Clan del Golfo» y «Los Pachencas» por el control del territorio y el narcotráfico.