El puente internacional Simón Bolívar en Cúcuta se convirtió en el testigo de la esperanza que huyó entre piedras y gases lacrimógenos durante una jornada en que miles de voluntarios intentaron sin éxito ingresar ayuda humanitaria a Venezuela.
Desde las primeras horas del día, los venezolanos que se encontraban en Cúcuta se acercaron al puente para tratar de convencer a sus compatriotas militares apostados del otro lado que dejaran pasar la ayuda humanitaria que pretende mitigar el hambre de miles de familias.
No obstante, se iniciaron trifulcas y en medio de una de ellas se dio la deserción de tres miembros de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), que cruzaron a territorio colombiano y solicitaron la protección de las autoridades locales, que sin pensarlo dos veces los acogieron sin problemas.
La tanqueta en la que se movilizaban los uniformados rompió las barreras instaladas por el Gobierno de Nicolás Maduro, atropellando a dos personas, pero eso no evitó que los tres hombres fueran recibidos como héroes por los venezolanos en medio de aplausos.
Tras el confuso episodio, la multitud tomó un nuevo impulso para volver a acercarse al tramo medio del puente, donde integrantes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) formaron una barrera con sus escudos.
Los pocos venezolanos que permanecieron allí pedían con clemencia que pasaran a territorio colombiano y que recapacitaran sobre su apoyo al régimen de Maduro, llegando a sacar lágrimas en algunos de ellos a tal punto que bajaron sus escudos como señal de confianza en que la jornada sería pacífica.
Entre las voces de petición estaba la del parlamentario venezolano José Manuel Olivares, quien encabezó la misión del cruce de la ayuda en el puente Simón Bolívar y se acercó a los policías con megáfono en mano para avisarles que la ayuda estaba por llegar y pedirles que pensaran en que éstas los beneficiarían también a ellos y a sus familias.
«Les pido que retiren este piquete y permitan que la ayuda humanitaria entre a nuestro país, (…) espero que no sean ustedes la traba para salvar vidas en Venezuela», dijo Olivares.
Cerca del mediodía llegaron al lugar tres camiones con alimentos, medicinas y kits de higiene provenientes del centro de acopio ubicado en el lado colombiano del puente Tienditas, donde se almacenaban las más de 600 toneladas de ayuda que han arribado en los últimos días.
Fue entonces cuando los voluntarios, tomados de los brazos y vestidos con prendas blancas, banderas, camisetas de la selección de fútbol, gorras y con sus caras pintadas con la tricolor venezolana, formaron una cadena que se acercó al bloqueo de la PNB.
La situación, que cada vez era más tensa, quedó fuera de control cuando algunos de los venezolanos que encabezaban la marea humana trataron de arrebatar por la fuerza los escudos a los policías, lo que ocasionó que las autoridades respondieran con bombas de gas lacrimógeno, sembrando así el pánico y provocando una estampida de gente huyendo del lugar.
Los venezolanos que se encontraban en el lado colombiano contestaron lanzando piedras y recibieron como nueva respuesta disparos con perdigones de goma, sepultando de esta forma la esperanza de que la jornada se desarrollaría de forma pacífica.
Una vez más, en medió de los disturbios, integrantes de la GNB corrieron hacia territorio colombiano para deponer sus armas y ser recibidos por sus compatriotas con abrazos y aplausos.
En medio de los choques, el ciudadano Andrés Bastidas fue uno de los 285 heridos de la jornada tras recibir un golpe en el rostro con una bomba lacrimógena.
Con su rostro ensangrentado, Bastidas explicó a Efe que «estaba en la parte del río (Táchira) y me cayó una bomba, casi me da en el ojo».
En medio de la confusión, dos hombres que se encontraban en el lado venezolano fueron llevados hacia territorio colombiano, donde la Policía tuvo que intervenir para evitar que fueran linchados por la turba que alegaba que eran simpatizantes chavistas que estaban disparando contra los voluntarios.
Cuando caía la tarde, la llegada del cantante venezolano Nacho marcó el desenlace de un día lleno de caos al dar por finalizada la protesta, que afirmó «no termina hoy».
Finalmente, los venezolanos que ocupaban el puente Simón Bolívar cantaron junto a Nacho la canción «Venezuela», considerada el tercer himno del país, y pusieron al unísono punto final a la primera jornada para intentar ingresar ayuda a un país sumido en la desesperanza.