La importadora Derco tiene una posición de mercado muy compleja. Cuenta con tres marcas disímiles: Suzuki, con sus autos populares japoneses; Citroën, de autos franceses con diseño innovador, y DS, la submarca de lujo francesa. Por eso, en sus stands del Salón del Automóvil y sus concesionarios se verán dos novedades muy distintas.
Es algo típico en cadenas tan grandes, aunque Derco se diferencia de otros grupos de importación. Al estar unificados sus concesionarios y plataformas de servicio técnico, es comprensible ver que se tomen como uno solo. El comprador que busca un Citroën C3 es muy diferente del de un Suzuki Swift, aunque ambos sean de la misma gama. Y estén bajo el mismo techo, en el segundo piso del pabellón 6.
Las novedades de ambas marcas muestran estas diferencias marcadamente. Una es un vehículo con mucho recorrido en el mercado colombiano, y la otra es una pieza iconoclasta. El concepto de ambas es curiosamente diferente, aunque se puedan asumir en una misma posición de mercado: SUVs compactos.
Quinta generación de un ícono
En la marca japonesa, esta ejecución se dio con un campero propiamente dicho. La quinta generación del Suzuki Jimny, laureada en todo el mundo, llega como una de las vedettes del Salón. Luego de casi 20 años de venta de la versión anterior, este campero necesitaba una representación digna.
Y la obtuvo. Su diseño pasa a ser mucho más robusto, con líneas rectas que se asemejan a la de los grandes trocheros. Además, cuenta con un chasís tipo escalera y suspensiones aptas para su uso. Durante las generaciones anteriores, se caracterizó por esa capacidad de pasar cualquier terreno. Esta oportunidad no parece ser la excepción.
Y es que sus antecedentes son ilustres. La segunda generación llegó en la apertura del 80 como el famos campero Suzuki que reemplazó en muchas partes a los «yipaos». La tercera fue ensamblada en Colombia como el Chevrolet Samurai. La cuarta llegó en 1999 con el corbatín, y posteriormente importada directamente por Suzuki.
En esta oportunidad, el motor crece ligeramente: 1,5 litros de capacidad y 100 caballos de potencia. Esto transmitido a una caja de cinco velocidades muy adecuada, o a una automática de cuatro que desluce. La potencia se entrega al eje trasero, con 4×4 seleccionable, bajo y bloqueo de diferencial estándar. Todo para que pueda sortear exitosamente las condiciones más difíciles.
Incluidas las de precio: con $67 millones, el Suzuki Jimny no es propiamente una ganga, pero sí un auto listo para luchar contra grandes competidores. Con su historial, no sorprende que Suzuki se la juegue toda por este 4×4, un campero duro en la época de las SUV y crossover urbanas.
La moda parisina
Y sí, entre estas crossover urbanas, se encontrará su vecina, la Citroën C4 Cactus. Esta segunda generación es un vehículo con un diseño al estilo de la marca francesa: divisivo. Aunque para muchos pueda parecer feo, a los ojos de este periodista es muy atractivo. Digamos, sí, que es totalmente diferente al «mar plateado» que se suele ver en otras marcas.
La primera generación de esta camioneta llegó en 2015, pero con varios elementos chocantes. Los clientes rechazaron decisiones de la fábrica en ese entonces, como ventanas traseras que no abrían. Estas decisiones se corrigieron en esta nueva versión, que no cambia mucho en diseño, con carrocerías bitono y líneas únicas. Su interior se adaptó a las condiciones más duras de los países latinoamericanos.
El cambio más notorio se dio en la motorización. Al motor 1,6 litros de 115 caballos se suma uno de la misma capacidad, pero con turbocargador. La sobrealimentación sube la potencia a 165 caballos, una mejora notoria. La marca no entregó a la fecha de publicación datos de precio de estas versiones.
También se exhibirá la Citröen C3 Aircross, SUV pequeña basada en el C3 y presentada en junio. Con un espacio más pequeño pero detalles tecnológicos como head-up display y cargador inalámbrico, llega como un gran juguete tecnológico. Cuenta con el motor 1,2 litros turbocargado de la Peugeot 2008, y su excepcional equipo de infoentretenimiento. Arranca en $68 millones: uno más que el Suzuki Jimny que se venderá a su lado.