Esta será la primera vez que Juan Manuel Santos verá de frente a Donald Trump después de la advertencia que Estados Unidos le hizo a Colombia por el aumento de los cultivos ilícitos.
El encuentro se dará entrada la tarde de este lunes, en el Palace Hotel, en el marco de la 72 Asamblea General de la ONU, a la que también asistirán los mandatarios de Brasil, Panamá, Argentina, entre otros.
Aunque su agenda en Estados Unidos incluye otros eventos, la reunión con Trump será la más importante por la coyuntura. Después que el presidente de Estados Unidos dijera que podría descertificar a Colombia por el aumento de los cultivos ilícito en el último año, nuestro gobierno respondió con un mensaje contundente en que asegura que “nadie tiene que amenazarnos para enfrentar este desafío”.
Este roce entre países se dio luego de una afirmación del secretario adjunto de Estado de EE.UU. para Seguridad y Lucha Antinarcóticos, William Brownfield, quien la semana pasada dijo en una comisión del Senado de ese país que el Gobierno de Santos descuidó la lucha contra el narcotráfico en los últimos seis años para lograr un acuerdo de paz con las Farc.
¿De quién es la culpa?
El aumento de los cultivos es una realidad que Colombia no puede ocultar. Sin embargo, al Gobierno le molesta que Estados Unidos no reconozca los esfuerzos.
Pero hay otro problema que con el tiempo se hizo evidente y que este fin de semana el mismo vicepresidente reconoció.
Óscar Naranjo, que llegó a la vicepresidencia después de colaborar en el proceso de paz de La Habana, atribuyó a un factor cambiario el aumento de los cultivos de coca y no a la dedicación del Gobierno para lograr firmar paz con las Farc, así como lo había asegurado Brownfield.
«No es atribuible exclusivamente a eso, es multicausal. Una de las razones fundamentales del crecimiento tiene que ver con la depreciación del peso frente al dólar; pasamos de un dólar de 1.800 pesos a uno de 3.000 pesos; ese es un incentivo atractivo para las mafias, para promover la siembra y producir más coca», dijo Naranjo en una entrevista publicada por El Tiempo.
Luego, el vicepresidente se refirió a otros factores que contribuyeron al aumento de los cultivos ilícitos, específicamente sobre la idea que las Farc propagaron, de que si la gente tenía cultivos el Estado iba a llegar a ayudarlos económicamente.
Esta sería la primera vez que desde el Gobierno se habla abiertamente sobre lo que hicieron los cultivadores de coca, incentivados por las Farc, para recibir mayores beneficios con la restitución de cultivos.
Insistió en que no se descuidó la lucha contra las drogas por el proceso de paz con las Farc porque «Colombia aumentó las toneladas incautadas de cocaína, aumentó el número de capturados con fines de extradición, aumentó la intervención para aplicar extinción de dominio a las finanzas del narcotráfico y aumentó el ataque contra estas organizaciones».
Colombia, llena de coca
En marzo pasado, un informe de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca (ONDCP, por sus siglas en inglés) reveló que en Colombia hay 188.000 hectáreas cultivadas con coca y puede producir al año 700 toneladas de cocaína.
Otro estudio de ese mes de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes de las Naciones Unidas indicó que la superficie dedicada al cultivo de coca aumentó en Colombia desde 69.000 hectáreas en 2014 hasta 96.000 hectáreas en 2016.
Sin embargo, este año el Gobierno se propuso erradicar un total de 100.000 hectáreas.
La meta es lograr la sustitución voluntaria de 50.000 hectáreas y otras 50.000 de manera forzosa para completar las 100.000.